MARIADELA LINARES.
Salir de Caracas es alejarse de las presiones de la caótica vida capitalina Salir de Caracas es alejarse de las presiones de la caótica vida capitalina. Pero el disfrute disminuye cuando uno se topa con realidades muy tristes, como constatar los privilegios de quienes vivimos en la ciudad, no equitativos en el resto del país. En la capital no hay apagones prolongados ni cortes de electricidad. Semejante desigualdad es chocante. El ministro de Turismo, que se está tomando muy en serio su cargo, debería preguntar por qué no hay vuelos regulares a Coro; cómo es que una capital de estado permanece casi aislada en materia de transporte aéreo, porque ya no llegan los aviones con la frecuencia de antes. Mientras en la capital barinesa aterrizan unas cuantas aeronaves diariamente, los falconianos tienen que movilizarse por Punto Fijo, que la desplaza como punto focal y comercial de la entidad. Apenas el turista entra al estado se topa con el desagradable paisaje de un gigantesco basurero que se extiende hasta donde llega la vista. Coro tuvo que defender con las uñas su condición de Patrimonio Arquitectónico de la Humanidad que le concedió la Unesco, visto el abandono al que estaba sometido su casco histórico. Aun cuando la ciudad tiene uno que otro nuevo hotel y restaurante, no cuenta con planes turísticos que la hagan atractiva. A los médanos se llega por una carretera que no siempre está en condiciones de transitabilidad, porque la arena casi cubre sus dos canales. Llegar a Paraguaná implica presenciar el repugnante espectáculo de millones de latas y bolsas plásticas ensartadas en los cardones y tunas. Además, a alguien se le ocurrió la brillante idea de trasladar ganado a un terreno árido donde el pasto no existe. Esqueléticas vacas, toros y burros deambulan como patética expresión de una vida signada por la sequedad. Falcón es el estado con la mayor extensión de playas del país, hermosas y naturales. Algunas de ellas como las de Morrocoy, explotadas por un turismo no planificado, y otras, las de Paraguaná, dejadas a merced de unos visitantes que no encuentran allí ningún tipo de servicios ni atenciones. Esta entidad, y eso se percibe en el ambiente, lleva 14 años votando por Chávez, no por quienes lo representan. Los falconianos lucen hastiados de la desidia. [email protected]