Revista España

Un castillo de cuento. ¿Qué ver en Olite?

Por Rutasporespana @RutasporEspana

En pleno corazón de Navarra, a 40 Km de Pamplona encontramos Olite, este pequeño municipio, olvidado por la historia. Capital del reino de Navarra, entre los muros del Palacio Real alojó a los reyes de Navarra, considerado como uno los castillos más lujosos de Europa, como relató un viajero alemán del s. XV, que podemos leer en British Museum: “Seguro estoy que no hay rey que tenga palacio ni castillo más hermoso y de tantas habitaciones doradas”.

En esta ocasión decidimos llegar en coche desde Tudela por la carretera que iba dirección Pamplona, en una media hora llegamos a nuestro destino.

A la entrada del pueblo vimos un parking y aprovechamos para dejar el coche allí, si bien luego vimos que en el Palacio Real junto al merendero había bastante aparcamiento.

Nuestra primera parada ya se avistaba de lejos era la iglesia de San Pedro. Siguiendo la Rúa Mayor, llegamos a la iglesia, un templo románico del que nos llamó la atención su torre gótica, la llamada Torre Aguja, en forma de flecha.

Iglesia de San Pedro en Olite
Iglesia de San Pedro en Olite

Seguimos la calle para llegar al hermoso Palacio Real, la entrada cuesta 3,5 € y nos permite recorrer todo el palacio como queramos. Del interior no se conserva nada, solo se puede ver una exposición de cómo fueron las obras de restauración, que por lo que pudimos ver todavía continúan. En una de las maquetas se puede ver el estado de abandono lamentable que tuvo el castillo y la fantástica restauración que se ha realizado, para que podamos disfrutarlo.

Una subida obligada es a la torre de la atalaya, está torre de cuatro plantas nos permite tener unas vista espectaculares de todo Olite.

Palacio Real de Olite
Palacio Real de Olite

Otra de las curiosidades del castillo es la piedra en forma de huevo que vimos a uno de los lados, lo que podría parecer el huevo de un dragón fosilizado, no era otra cosa que una nevera. Su funcionamiento era muy sencillo apilaban en su interior capas de nieve y paja, y aunque parezca mentira la nieve duraba más allá del verano.

Tras nuestra visita al Palacio Real, nos acercamos a la iglesia de Santa María que se encuentra justo al lado, destaca la gran portada de la entrada decorada con enorme detalle las hojas de parra y las figuras de Juana I de Navarra y su esposo Felipe el Hermoso, reyes de Navarra en el momento de construcción de la portada.

Iglesia Santa María en Olite
Iglesia Santa María en Olite

Llegamos a la entrada de la plaza Mayor con dos monumentos, por un lado la torre Capitel, que conforma lo que queda de la puerta de la muralla medieval. Y por otro las galerías medievales, que se acceden desde unas escaleras en el centro de la plaza. Estas galerías no son sino los antiguos puente que permitían sortear el foso del castillo, cuando perdieron su utilidad se reutilizaron como bodegas o almacenes, actualmente éste de la plaza se usa para museo y exposiciones.

Plaza Mayor de Olite
Plaza Mayor de Olite

Seguimos en dirección a uno de los edificios que nos llamó mucha la atención desde lo alto del Palacio Real por sus grandes dimensiones, no era otro que el Convento de San Francisco. Se dice que el propio San Francisco de Asís fundó el convento cuando iba en dirección a Santiago de Compostela. Su arquitectura es bastante sobria, tuvimos la suerte de que se puede entrar en su interior y ver alguno de los retablos de la iglesia.

Convento de San Francisco
Convento de San Francisco

Dejamos para el final el Palacio Viejo, que data de época romana, cuando se utilizaba como fortaleza de la muralla defensiva, actualmente es un Parador Nacional así que nos limitamos a disfrutar de su exterior.

Se acercaba la hora de comer así que nos pasamos por una pastelería que había en la rua Mayor, y cogimos una trenza de dulce de leche (riquísima no la comimos del tirón y no era pequeña). A la hora de comer nos fuimos a los merenderos al lado del huevo de dragón, para disfrutar de las vistas del castillo mientras comíamos.

Dónde comer: En la plaza Mayor y las calles que salen desde aquí están llenas de bares y restaurantes. Si llevamos comida hay un merendero a un lado del Palacio Real al lado del huevo.

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