Revista Cuba

Un cicilista atravesará Cuba en 57 horas y con una sola canción

Publicado el 22 abril 2017 por Yusnaby Pérez @yusnaby
Un cicilista atravesará Cuba en 57 horas y con una sola canción

Jacob Zurl cree firmemente que los récords solo pueden romperse cuando el espíritu se rehusa a doblegarse. Es un  ciclista austriaco que vive para alcanzar lo impensable: atravesar los Himalayas en bicicleta, en un tiempo récord de 39 horas, estableciendo nuevas marcas en grandes altitudes.

Este mes, Jacob va a atravesar en bicicleta todo Cuba, de este a oeste, en gravilla y caminos de tierra, bajo calor extremo, tal vez lluvias tropicales. Estará húmedo. Podrían ser 1.450 kilómetros de infierno.

Nadie ha intentado este desafío de todo un día. El hombre de 28 años espera completar su misión en 57 horas. Los ciclistas experimentos podrían hacer este recorrido normalmente en dos semanas.

Él dice que tomará siestas de pocos minutos, cuando el clima lo permita y, cuando la naturaleza haga su llamado, se bajará de su bicicleta. Pero las funciones esenciales serán breves. El tiempo sigue avanzando sin descanso, así que él debe hacer lo mismo.

Por un poco más de dos días, Zurl estará pedaleando constantemente, de manera incansable, luchando contra los dolores en su cuerpo y contra las voces manipuladoras en su mente.

Un cicilista atravesará Cuba en 57 horas y con una sola canción

Es la curiosidad, así como su amor por la adrenalina, lo que lo impulsa.“¿Por qué nadie ha hecho este desafío antes? Cuba es un país muy interesante”, agrega. “Quiero entrar en contacto con la gente, conocer el país. Tengo resistencia en el ciclismo y la gente de Cuba tiene resistencia en la vida”, comentó a CNN.

Curiosamente, solo escuchará una canción durante todo su viaje, una melodía familiar, cuya letra sea fácil de repetir. A veces, incluso puede cantar solo. Pero silenciosamente pues es en los viajes de larga distancia pedaleando en lo que él es bueno, no cantando.

“Aún no he decidido qué canción será para Cuba”, ríe Zurl, revelando que la canción que eligió durante un periodo de entrenamiento en España fue “Believe” de Mumford and Sons. Y agrega que pedaleó por los Himalayas escuchando “Free” de Natalia Kills.

“Para proyectos de larga distancia, la música lo hace más fácil”, dice. “Un día, mi auto de apoyo pasó sobre mi reproductor MP3. Fue horrible”.

Zurl es el tipo de persona que se sentiría perdido sin música. Llevará tres reproductores portátiles de música a Cuba, una precaución por si ocurre un desastre similar con su música.

Para muchos, escuchar la misma canción durante horas, días, aparentemente en un loop eterno, podría ser tan tortuoso como pedalear de un extremo del país a otro a 25 kilómetros por hora.

Él oye la música, pero no la escucha. La música, dice él, “va debajo de mi mente”.

Es allí cuando la aventura se vuelve una tarea que Zurl reenfoca al ritmo de su melodía favorita que lo llevará a alcanzar una hazaña que ningún hombre o mujer han hecho antes.

“Siempre es una misma canción. Es algo como espiritual. Cuando se está complicando y quiero escuchar música y no hay, es un problema para mí”, dice Zurl, que ha estado practicando cerca de 20 horas por semana preparándose para su viaje, enfocándose más en la velocidad que en la resistencia.

“Lo peor que podría pasar en esta carrera es que pierda mis reproductores MP3”.

Pero Zurl ha experimentado una miseria más profunda que perder su reproductor de música. Fue estando en Cuba, antes de su primer intento de pedalear toda la isla, en 2015, cuando se contagió de dengue.

“De repente no me sentía bien”, es su descripción subestimada del día que fue llevado precipitadamente al hospital, con temperatura de 40 grados.

Cuando se le preguntó por su mayor miedo sobre el próximo reto, responde seriamente: “Contagiarme de dengue otra vez. Había un fuerte aguacero y no tenía el spray (contra mosquitos) y, creo, ese fue el problema”, dice Zurl, con un poco de arrepentimiento aún en su voz.

Un cicilista atravesará Cuba en 57 horas y con una sola canción

“No creí que fuera a ser peligroso”, continúa. “Tomé un viaje de vuelta a Austria y durante los próximos dos meses me olvidé del deporte y, después de eso, empecé a pedalear otra vez, pero en 2016 me enfermé muchas veces”.

Es la experiencia de Zurl con el dengue la que explica en parte por qué su familia estará cerca de él esta vez en su carro de apoyo. “Realmente tengo que comer mucho”, dice suspirando. La experiencia le ha enseñado que tendría que comer o beber 500 calorías en una hora para compensar los minerales que perderá sudando.

Incluso los amantes de la comida se resistirían a la idea de consumir 30.000 calorías en dos días y medio —especialmente con una dieta de arroz y papas— esenciales para esta carrera contra reloj.

La suerte está echada. ya regresaremos para contarlo.

Con información de CNN.

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