Sófocles (496-406 a.C.) poeta trágico ateniense, se sitúa junto con Esquilo y Eurípides entre las figuras más destacadas de la tragedia griega y de toda la literatura universal. De toda su producción literaria sólo se conservan siete tragedias completas que son de importancia capital para el género. Participó activamente en la vida política de Atenas. Fue administrador del tesoro de la Liga de Delos y estratego durante la guerra de Samos bajo la autoridad de Pericles. Perteneció al Consejo de los Diez Próbulos, formado en Atenas tras el fracaso de la Expedición a Sicilia. No se distinguió especialmente por sus dotes como político pero amó su ciudad y rechazó invitaciones de autoridades importantes de otras ciudades con tal de no abandonar Atenas. El teatro de Sófocles recurre a los antiguos mitos de las sagas heroicas, y posee una rica versatilidad que facilita múltiples maneras de aproximación. En buena medida su teatro es un teatro de caracteres. De hecho, el título de todas las tragedias conservadas (salvo "Las Traquinias") se corresponde con el de sus protagonistas que emergen como auténticos colosos y arquetipos humanos.No se conoce la fecha en que la obra fue representada por vez primera, pero el carácter fiero de Heracles, distante de la humanidad característica de los personajes de las últimas obras de Sófocles, y e hecho de haya en ella dos figuras principales, sitúan la misma entre las más antiguas de las conservadas de este autor. Los héroes trágicos de Sófocles unen heroísmo y vulnerabilidad. Frente a los dioses, que son inmutables en el tiempo, sufren mutaciones súbitas y decisivas. Heracles es el paradigma de la indefensión humana a causa de su mutabilidad, pero sus sufrimientos no se deben a sus culpas. En Las traquinias, casi todos los personajes se dan cuenta tarde de la verdad. Deyanira comprende tarde que el manto causa la muerte de Heracles. Hilo descubre tarde que su madre no ha sido responsable. Y Heracles se da cuenta tarde del significado del oráculo que decía que moriría a manos del muerto.La obra está llena de ironía trágica. Como trata sobre el regreso de un héroe a casa tras llevar a cabo grandes hazañas, se espera que la escena culminante sea el encuentro de los esposos. Pero estos nunca llegan a estar en escena simultáneamente.
Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt
HArendt
[email protected]La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)