Esta tragedia no es unánimemente atribuida a Eurípides. Se supone representada en una fecha incierta anterior al 440 a.C. y escenifica un episodio relatado con amplitud en la Ilíada, con el relato de la muerte de Reso, rey de los tracios, a manos de Odiseo y Diomedes. El tema no vuelve a tener más reflejo en la literatura griega y solo hay una referencia al mismo en apenas cuatro versos del canto I de La Eneida de Virgilio.
La acción tiene lugar en el momento de máximo peligro para la expedición aquea, cuando los troyanos, acampados fuera de su ciudad, preparan el asalto a sus naves.
Reso es la más breve de todas las tragedias conservadas y presenta el mismo gusto por lo novelesco y la acción complicada de otras muchas de sus obras, con acciones de espionaje y contraespionaje e incursiones de comandos tanto por parte de los griegos como de los troyanos, lo que da lugar a una acción muy dinámica plena de entradas y salidas de los personajes.
Eurípides (480-406 a.C.) fue uno de los tres grandes poetas trágicos griegos de la antigüedad, junto con Esquilo y Sófocles. Fue amigo de Sócrates, el cual, según la tradición, sólo asistía al teatro cuando se representaban obras suyas. En 408 a. C., decepcionado por los acontecimientos de su patria, implicada en la interminable Guerra del Peloponeso, se retiró a la corte de Arquelao I de Macedonia, en Pela, donde murió dos años después. Su concepción trágica está muy alejada de la de Esquilo y Sófocles. Sus obras tratan de leyendas y eventos de la mitología de un tiempo lejano, muy anterior al siglo V a. C. de Atenas, pero aplicables al tiempo en que escribió, sobre todo de las crueldades de la guerra. Reformó la estructura formal de la tragedia ática tradicional, mostrando mujeres fuertes y esclavos inteligentes y satirizó a muchos héroes de la mitología griega. Sus obras parecen modernas en comparación con los de sus contemporáneos, centrándose en la vida interna y las motivaciones de sus personajes de una forma antes desconocida para el público griego. Disfrútenla.Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: vámonos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt
HArendt
[email protected]La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)