Revista Cultura y Ocio
Hoy nuestro amigo Nibelungo, excelente anfitrión, nos ha sorprendido con un aperitivo de lo más refrescante, ideal para esta época del año y de preparación sencilla, su contenido en alcohol es más bien bajo, su color muy atractivo (nada que envidiar al Kir Royal, yo diría incluso que más bien al contrario), su sabor semidulce y afrutado, algo lógico dados sus ingredientes: fresas (fresones) trituradas y champán o cava (vino espumante prosecco en su origen). Su nombre es Cóctel Rossini, pero esto no significa que lo inventara el compositor de Pésaro, gran amante de la gastronomía, sino que es el nombre del cóctel se puso en su homenaje. Es una variación del Cóctel Bellini (con melocotón en vez de fresas) y a su vez tiene otras variaciones que añaden a la pulpa de fresa un poco de limón y azúcar (para corregir la acidez), o incluso hielo picado. Nibelungo nos lo ha preparado en su versión más sencilla: sólo fresas + cava.
Se prepara en la misma copa de flauta a razón de una medida de fresas trituradas por tres de cava, se remueve con una cucharita pero con mucho cuidado para evitar que pierda gas y ya está listo para tomar. Es recomendable que las fresas estén bien maduras y frías, el cava también lo más frío posible (a unos 4ºC más o menos) y a la hora de veterlo en la copa es conveniente inclinarla y hacerlo despacio ya que al tomar contacto con las fresas crece mucha espuma. Si nos gusta más seco podemos jugar con el porcentaje de fresas y cava, eso ya al gusto de cada uno.
Lo tenéis que probar, vale la pena. Creo que a partir de hoy voy ver (y a escuchar) Rossini con otros ojos.