Revista Educación

Un confinamiento propio

Por Siempreenmedio @Siempreblog
Un confinamiento propio

No he leído las historias de Lola Vendetta (ya está en mi lista de pendientes), pero llegó a mis manos el cómic de su creadora, Raquel Riba Rossy, en el que relata un proceso de ruptura y autoconocimiento con pandemia por el covid19 por medio. Riba Rossy pone en boca de Lola Vendetta una de las reflexiones que he oído poco, sobre esta tragedia mundial, y que, quienes se atreven a decirlo, lo hacen con la boca muy pequeña. Sabemos que el drama de las pérdidas humanas, las muertes lejos de los seres queridos es un trauma que, como sociedad, siempre quedará en nosotros, pero, para muchas personas, el periodo de confinamiento supuso un tiempo de descanso. No solo por no poder ir a trabajar (los que no perdieron el empleo), sino porque disminuyó la velocidad del ritmo de vida diario.

Un confinamiento propio

Hay quien se dio cuenta, con la convivencia obligada, que la ruptura era necesaria. Otras personas, en cambio, disfrutaron del tiempo compartido y se enamoraron más que nunca. Algunos adultos descubrieron que querían pasar más tiempo con sus personas pequeñas, y niñas y niños vieron que sus padres podían ser otra cosa que seres corriendo de un lado para otro, para llegar a tiempo a todo. Lo que cuenta Una habitación propia con wifi, con trazos firmes, dibuja cómo necesitamos autoconfinarnos cada cierto tiempo, cuando dejamos de sentirnos conectados con el mundo, cuando perdemos el sueño porque no estamos dejando salir a la persona que somos de verdad. A veces la libertad surge entre cuatro paredes. Y hay que parar, para poder abrir la puerta y salir al exterior.


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