Un 'consulado' español en las Islas Marshall, ¿realmente necesario?

Acabo de enterarme de que nuestro Ministerio de Exteriores ha abierto un consulado en las Islas Marshall, hace un par de meses. Unas islas que están allá en el Pacífico, donde se acaba el mapa.

Finalmente, España esperaba este notición. Todo el año manifestándonos para que hubiera consulado en esas islas y finalmente lo hemos conseguido. Gracias a este gobierno que ha demostrado sensibilidad y ha sido capaz de entender a su pueblo. Lo hemos conseguido.

Porque como todo el mundo sabe era necesario. La República de las Islas Marshall son independientes pero están sujetas a la administración de EE.UU., los amos del mundo. Y allí no se podía faltar. El consulado se ha abierto en la capital, la famosa ciudad Majuro, de unos 35.000 habitantes. Este consulado abarca 29 atolones y cinco islas de un país que tiene un total de unos 55.000 habitantes, vamos dos tercios de los que tiene Rivas, por ejemplo.

El esfuerzo hecho por nuestro Ministerio de Exteriores se ha de tener en cuenta, ya que el presupuesto para 2012 se rebajó en un 55%, Pero el clamor popular ha sido recogido por nuestro gobierno pepero, y aunque haya sido necesario quitar las embajadas de Yemen y Zimbabue, además de otros consulados menores en ciudades europeas, finalmente las Islas Marshall contarán con nuestro apoyo consular.

Además tiene la gran ventaja de que se crea empleo, que parece nuestra primera necesidad –eso sí, fuera de España—, ya que el señor cónsul tendrá una organización a su cargo con varios asesores y administrativos a su cargo. Una maravilla, por lo menos se crearán una docena de nuevos puesto de trabajo. Objetivo cumplido.

Pero vayamos al grano. Las Islas Marshall son un paraíso fiscal importante –aunque la OCDE la haya eliminado de la lista en aras a un compromiso que todavía no ha cumplido—, así es que, otra razón más (quizá la más importante).

Además, para completar su idoneidad, las Islas Marshall no están entre los 179 países miembros de la Organización Internacional del Trabajo, pertenecen al puñado de países no obligados a cumplir con los estándares laborales básicos (eliminación de trabajos forzados, trabajo de menores y discriminación y respeto por la libertad de asociación y el derecho de contratación colectiva) como es requerido por los miembros de la OIT.

Hay que ayudar a los españoles a que allí monten empresas ficticias y tengan su dinero negro a buen recaudo en los bancos de estas islas, sin pagar impuestos. Es, en definitiva, una ampliación de la amnistía que este gobierno legisló hace unos meses. Hay que ayudar a los defraudadores, que para eso son españoles y muy españoles.

Así, cuando nuestros queridos compatriotas defraudadores lleguen a las Islas, con su traje oscuro, su camisa blanca, su corbata y su carterita llena de eurazos, siempre podrán encontrar, en caso de necesidad un apoyo, una ayuda en nuestro consulado, que para eso está allí. Además nuestros defraudadores podrán pasar desapercibidos, dado que la religión mayoritaria en las Islas es el mormonismo, y ellos van vestidos como si lo fueran. Nuestro gobierno está en todo.

Pues bien, como casi no había paraísos fiscales, entre otros Andorra y Gibraltar dentro la península para no ir más lejos, tenemos que apoyar otros, del prestigio de las Marshall, donde afamados yanquis tienen cuentas millonarias.

Todos nuestros sacrificios por el bien de la patria, por una tierra prometida, por los hombres con las carteras negras, por las empresas chungas, por nuestros amigos los bancos. Que nos recorten, que nos la claven y si hay que quitar una paga a los funcionarios que se la quiten, y si hay que recortar en Sanidad, Educación, Cultura, Investigación, Dependencia, etc. que nos recorten todo. Lo que no se puede hacer, es prescindir de un consulado en la República de las Islas Marshall, esto, justo esto, es lo que quiere este país. Ya que se llevan el dinero de nuestros bancos, que esté en un sitio donde tengamos representación consular.

Salud y República