La semana pasada estuve unos días en España, ¡sorpresa! No fue por causa de un ataque incontrolado de morriña pero sí puedo decir que me alegré mucho de estar de vuelta, aunque fuera tan sólo unos días. Y es que me metí un viaje de 15 horas Tokio - Zurich - Madrid para pasar únicamente 4 días en España. Una locura de viaje, desde luego, pero no fue así porque yo quise.
Como ya comenté en su momento, durante las navidades mi sensei (supervisor académico en Japón) me comentó que había recibido de un colega suyo de la Universidad de Málaga una invitación para participar en el congreso internacional IFIP Networking 2011 de Valencia. Uno de los temas a tratar en estas conferencias estaba relacionado con mi proyecto de investigación, seguridad en redes inalámbricas de área personal, así que mi profesor me ofreció participar enviando un paper. El mayor beneficio que obtendría sería conseguir una publicación académica, que es un punto en el curriculum si quieres dedicarte a esto de investigar, pero que en mi caso supone además un requisito indispensable para poder presentar una tesis de fin de Master en la universidad.
Así que pese a ser algo temprano, ya que el congreso era en mayo y apenas iba a comenzar el Master en abril, acepté encantado. No sólo podría quitarme de encima el peso de la publicación académica para el año que viene, sino que aparte tendría la suerte de volver a casa por unos días con todos los gastos pagados por la universidad. Eso sí, como me han pagado el viaje no han sido precisamente unas largas vacaciones, sólo cubría la estancia mínima: llegar un día y medio antes para descansar del jet lag, dar la charla y marcharme casi el día después. Una paliza de viaje, ya que encima no hay vuelo directo entre España y Japón y toca hacer trasbordo. Pero bueno, yo con pasar por España y quedar con mi familia y mis amigos en Madrid aunque fuera sólo por unas horas ya me hacía feliz.
El día después de mi llegada quedé con mis amigos de Madrid para salir a almorzar y a cenar de tapas y cañas. El tiempo en la capital ha sido fantástico durante esta semana pasada así que se podía estar en la calle sentado en la terraza hasta bien entrada la noche. Tuvimos tiempo para ponernos al día sobre mi aventura de "sobrevivir" en Japón con los terremotos, tsunamis y explosiones radioactivas que han azotado el país nipón últimamente y justo en ese momento va y nos enteramos de que había ocurrido un terremoto en Lorca. Yo no podía creérmelo, vengo de Japón para olvidarme por unos días de las réplicas y paranoias sísmicas y ocurre uno en España. Ya son malas noticias, porque las tristes cifras de fallecidos y miles de afectados ha puesto de manifiesto la fragilidad de los edificios en caso de terremotos, y aunque en Japón están construidos con intención de aguantar un seísmo tras otro supongo que esa resistencia tendrá un límite... mi mochila para casos de emergencia sigue preparada.
Tuve tiempo de quedar sólo con unos pocos amigos, ya me hubiera gustado haber quedado con todos, pero tenía que ir a Valencia para dar la charla el jueves. Así que el miércoles por la tarde fui a la estación de Atocha y me monté en uno de los modernos AVE que ahora te deja en Valencia en hora y media.
El AVE a Valencia va superrápido y se viaja muy cómodo, dicen que no tiene nada que envidiar al Shinkansen japonés, en el que todavía no he montado por cierto. Una vez en Valencia, llegué descansado así que me fui a dar una vuelta por la tarde antes de preparar la conferencia para el día siguiente en el hotel.
Estuve paseando por la zona del paseo marítimo y el puerto deportivo. Vi a mucha gente en la calle montando en bici y haciendo ejercicio, fue una de las cosas que más me impresionó. Parece una buena ciudad para vivir.
El viernes a primera hora tuve la presentación en el congreso IFIP Networking, que tenía lugar en la facultad de Ingeniería Informática de la Universidad Politécnica de Valencia. Mi charla fue la primera en el programa, así que pasó todo muy rápido. 20 minutos de exposición con diapositivas y 10 minutos para preguntas, fue como la seda. Después de trabajar en el paper durante los meses de enero y febrero y practicar la presentación en el seminario del laboratorio me lo sabía todo a la perfección.
Después de mi turno me quedé viendo las presentaciones de los demás ponentes hasta que terminó el congreso. Entonces me marché con otro investigador italiano que había conocido y fuimos de paseo por Valencia a hablar de nuestras movidas científicas.
Estuvimos viendo el centro de la ciudad, que es precioso con la catedral, y por supuesto, la Ciudad de las Artes y las Ciencias, un conjunto con una arquitectura singular.
No tuve tiempo de salir de fiesta por la noche porque al día siguiente por la mañana tenía que volver a Madrid. Ese día quedé con mis padres y mis hermanos, que vinieron a verme a Madrid. Tenía muchas ganas de verles (desde Navidades hacía que no les veía) así que fue un día feliz. Como saben que en Japón me muero de hambre porque sólo me alimento de arroz y pescado crudo me llevaron a un buen asador a comer lechazo, plato típico de mi tierra. También de paso me trajeron embutido y queso para que una vez de regreso en Japón pueda seguir engordando unos meses.
La verdad es que sólo por reunirme con mi familia de nuevo ya valió la pena la paliza de viaje. El reencuentro con mis amigos fue también estupendo, aunque ya lamento no haber podido quedar con ellos y con otros durante más tiempo. La conferencia salió bien y ya he conseguido la publicación académica que necesitaba para la tesis del Master, así que puedo decir que todo ha salido redondo. En algún momento meses atrás pensé que iba a ser demasiado precipitado presentar un paper durante este primer curso que estoy hasta arriba de asignaturas, pero gracias a este esfuerzo espero haberme quitado gran parte del trabajo del año que viene.
Otsukare-sama