El escritor estaba bloqueado. Hacía tiempo que no recibía inspiración para escribir ese cuento satírico-burlón con el que soñaba, ese capaz de provocar la carcajada en el lector.
Un día encontró el programa electoral del PP de 2011 encima de la mesa. Al leerlo le entró tal ataque de risa que decidió que nunca podría superarlo y ya no tenía que plantearse escribir nada gracioso nunca más.
Ahora ya no escribe, solo sigue riéndose.