Revista Creaciones

Un cuento patrio

Por Zunilda45
Cuento de ficción basado en datos y hechos históricos.Un cuento patrio

Desde la barranca rosarina, con el incipiente frescor del atardecer Eloísa Díaz Peral, perdidos sus ojos azules en las aguas marrones del río Paraná, asistía a la solemne ceremonia preparada por aquel valiente abogado devenido en General, quien airadamente y según su pensamiento se proponía enarbolar una bandera propia en estas tierras. Eloísa era huérfana de padres ya que ambos habían muerto por distintas causas, dos años atrás, casi con el nacimiento del primer gobierno patrio.

Los pocos parientes conocidos de los que alguna vez tuvo noticia estaban muy lejos, allende los mares y nada se sabía de ellos.

Robustiana, aquella mestiza que la había criado tuvo que hacerse cargo de ella cuando quedó sola a los trece años. Toda una señorita que atender y cuidar. Pero lo había preferido así, antes que su niña partiera para el hospicio o la metieran de monja los amigos de sus patrones. Embustera como era se había inventado una historia de papeleo para disuadirlos. Así las cosas, aquel 27 de febrero de 1812 había llevado a la jovencita al acto militar, porque si algo tenía Robustiana era su orgullo de ser bien criolla y su comprometido apoyo a la causa de la revolución, pensamiento que transmitía con fervor a Eloísa.

"Vamos m´hija, mire la bandera que está izando Don Cosme Maciel", "¡Qué honor!" agregó la mujer y por lo bajo le susurró a la joven: "Es suya también".

Cuando el paño de algodón teñido de celeste, como el cielo, en una de sus franjas, llegó a lo alto del mástil, el Gral. Manuel Belgrano instó a sus soldados, diciendo con vehemencia:

". . . Juremos vencer a nuestros enemigos interiores y exteriores, y la América del Sur será el templo de la Independencia y de la Libertad. En fe de que así lo juráis, decid conmigo ¡Viva la Patria!"

Robustiana, también lo murmuró, porque los que juraban la bandera eran sólo los militares que integraban las baterías allí concentradas.

Eloísa se persignó y, mirando al cielo, dijo muy por lo bajo: "Perdón, padre, ¡Viva la Patria!"

Mientras, la albi-celeste ondulaba brillante en aquel atardecer de verano, cobijando a los valientes que seguirían su marcha hacia el Norte en pos de la libertad de su territorio.



Un cuento patrio
20132023Un cuento patrio
Publicado también en mi otro blog: “No te duermas sin un cuento” (https://miscuentosmimundo.blogspot.com/2015/06/desde-el-afuera.html)Un cuento patrio
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