Es una mezcla extraña de pensamientos y reflexiones hermosas que van a mil por hora y no se detienen y en todos los momentos veo rostros de mi familia, de mis amigos, de mi novia, de los compañeros de la vida, del trabajo, de la facultad, del gimnasio, de los cursos de respiración y meditación, de los amigos de mis amigos, de mis perros, de mis vecinos, de la gente que he conocido en la calle, en la verdulería, en el quiosco, en el supermercado, en la parada del bus, en unas vacaciones, de los que conocí de sólo compartir un trago o un saludo o un momento casual, de los que conocí en aventuras y locuras... y la verdad que también acordándome de todos me dieron nostalgias, ganas de muchas cosas.
Acá en Brasil hay un término muy lindo que utilizan para cuando hay cosas que te hacen cosquillas, te causa nostalgia y te hace pensar mucho y se dice "saudade". En realidad tiene muchas connotaciones, pero hoy me viene como anillo al dedo para describir esta sensación de este instante.
Tengo saudade de mi casa, de mi vieja a la mañana cuando me despedía con un beso al irme a trabajar, de los mates con mis compañeros de laburo y hablando de todo un poco y riéndonos y escuchando música mientras trabajábamos. Saudade tengo de la gente que me cruzaba día a día y que nos cruzábamos un par de palabras y ya estábamos en la misma sintonía.
Saudades tengo de volver a casa y que mis perros y mi gato me festejen con su olor a sucios y revolcarnos por el piso como si yo también fuera un perro y hablarles con voz de niño.
Tengo saudade de un amor que me espera, que me acompaña, que me ilusiono con que alguna vez se suba a este tren conmigo y recorra la vida de mi mano y juntos seamos felices.
Saudade me da cuando recuerdo a todos mis hermanos con sus familias hermosas que han formado y con los sobrinos preciosos que me han regalado y jugar con ellos a ser el tío que siempre los pelea para luego abrazarlos bien fuerte y llenarlos de besos.
Tengo saudades de la milanesa, de los alfajores, del fútbol, del fernet, del rock, de la facultad, de los mates con mis amigos y amigas, de las tarde de ir al parque a mirar el río, saudade de gente que uno sabe que no va a volver a ver, de gente que acabo de conocer, de amigos de toda la vida, de la infancia, de todas mis aventuras por este hermoso placer de vivir y sentirme parte de un plan, de mi plan, de viajar y ser feliz viajando.
Tengo saudade de todo. Extraño, sí. Siento que hay parte de mí en muchas cosas y en muchas personas y viceversa. Pero esto recién comienza y el hecho de pensar que hay gente que se preocupa por mí, que me recuerda, que me quiere y quiere cosas buenas para mí también me da fortaleza.
Pasé un cumpleaños diferente, rodeado de gente que conozco hace poco tiempo y que me ha sabido acompañar con un saludo, un beso y un abrazo. Fue lindo y estuvo colmado de saudades también. Y la saudade también es algo lindo, como dije antes, hace cosquillas, te hace sentir vivo y está en uno escoger como quiere que las sensaciones repercutan. Y yo escojo siempre lo positivo. Y por eso, voy a seguir adelante.
Gracias a todos los que se acordaron de mí, los llevo conmigo a todas partes.
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