Revista Opinión
Además de “un debate para dos”, también podría titularse el cara a cara que anoche mantuvieron el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, del Partido Popular, y el líder de la oposición, Pedro Sánchez, del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), como “dos no debaten si uno no quiere”. Y es que eran sólo dos -de entre los cinco candidatos que se presentan a estas elecciones generales con posibilidad de tener representación parlamentaria-, por condición impuesta por quien desea seguir ejerciendo de presidente del Ejecutivo, los que más que debatir se dedicaron a tirarse a la cara eslóganes y reproches, ofreciendo una actitud agresiva el que aspiraba a apearlo del cargo. Entre quien no supo o no pudo defender su gestión con convicción, claridad y contundencia, y el que se dedicó a afearle al contrario todas sus insuficiencias y la responsabilidad de la corrupción que “grangrena” al partido gobernante, no se produjo ningún debate de ideas, programas y proyectos. De ahí que no viéramos un debate para dos, ni siquiera entre dos, sino aquel en que dos no debaten si uno no quiere. Así, el domingo próximo podremos elegir cuál de todos ellos nos convenció mejor, incluyendo a los ausentes, en este espectáculo, peliculero hasta en el título con el que podría catalogarse.