El Maestro Eckhart Tolle nos dice que cuando el ser humano tiene un cierto grado de Presencia, de atención y alerta en sus percepciones, puede sentir la esencia divina de la vida, la conciencia interior o el espíritu de todas las criaturas y de todas las formas de vida y reconocer que es uno con esa esencia y amarla como a sí mismo.
Sin embargo, mientras tanto eso sucede, la mayoría de los seres humanos perciben solamente las formas exteriores sin tomar conciencia de su esencia interior, de la misma manera que no reconocen su propia esencia y se limitan a identificarse solamente con su forma física.
Una persona con un grado mínimo de Presencia puede sentir ocasionalmente que en esa forma hay algo mas que una simple existencia física, aún sin comprender la razón por la que se siente atraída y percibe una cierta afinidad por ella.
Debido a su naturaleza etérea esa forma oculta menos el espíritu interior que otras formas de vida. Cuando contemplamos un cristal, una flor, un ave, un bebé sin decir su nombre mentalmente, se convierte en una ventana en el mundo de lo informe. Podemos vislumbrar algo del mundo del espíritu. Estas formas "iluminadas" de vida han desempeñado un papel tan importante en la evolución de la conciencia humana desde la antigüedad; es por eso que la flor de loto es un símbolo central del budismo y la paloma, el ave blanca, representa al espíritu santo en el crIstianismo. Han venido abonando el terreno para un cambio mas profundo de la conciencia planetaria,el cual debe manifestarse en la conciencIa humana. ES EL DESPERTAR ESPIRITUAL QUE COMENZAMOS A PRESENCIAR AHORA.
¿Está lista la humanidad para una transformación de la conciencia, un florecimiento interior tan radical y profundo que la florescencia de las plantas, con toda su hermosura, sea apenas un pálido reflejo? ¿Podrán los seres humanos perder su densidad de las estructuras mentales condicionadas y llegar a ser, lo mismo que los cristales o las piedras preciosas transparentes a la luz de la conciencia? ¿Podrán desafiar la fuerza de gravedad del materialismo y la materialidad para elevarse por encima de la forma cuya identidad mantiene al ego en su lugar y los condena a vivir prisioneros dentro de su personalidad?
La posibilidad de esa transformación es el tema central del primer grado filosófico de la masonería tomada de los grandes sabios de la humanidad. Los mensajeros como Rama, Krishna, Hermes Trimegisto, Moisés, Orfeo, Pitágoras, Jesus, Buda, Lao Tzé, Confucio, fueron las primeras flores de la humanidad. Fueron los precursores, unos seres raros y maravillosos. En su época no era posible todavía un florecimiento generalizado y su mensaje fue distorcionado o mal comprendido. No transformaron el comportamiento humano salvo en unas cuantas personas.
¿Está mas preparada la humanidad ahora que en la época de los primeros maestros? La masonería esta empeñada en propiciar y acelerar este cambio interior que debe caracterizar un nuevo estado de conciencia con señales que permitan reconocer el surgimiento de la nueva conciencia por un camino que conduce hacia el despertar, hacia la libertad. Muchos no están listos todavía para empezar por este camino pero a medida de que alguien vaya despertando se amplifica el ímpetu de la conciencia colectiva, facilitando el cambio para los demás. Basta un destello para iniciar el proceso, que es irreversible
Eduardo Ramírez Garza