“Una flor para siempre”
Hace unos meses decidimos ir a visitar León, normalmente viajamos entre semana cuando decidimos hacer escapadas así que la mayoría de las veces no coincidimos con eventos típicos en la ciudad, sin embargo en esa ocasión coincidimos con el famoso “Mercado Medieval” y en uno de sus puestos me enamoré de unas preciosas flores realizadas en cerámica. Sin embargo al final no me decidí a comprarles. Pero mira como es el destino o como quieran llamarlo, que estas navidades me encontré con las mismas margaritas en la “Feria mercado de artesanía” que todos los años hay en Madrid. Y en esta ocasión si que decidí llevarme 3 de ellas para regalárselo a unos amigos.
Sin embargo una vez que las dejé encima de la mesa y me quedé observándolas, vi que a pesar de ser preciosas les faltaba algo, ese toque especial que les hace ser aún mas diferentes. Me encantan los detalles, siempre marcan un antes y un después, a veces gracias a ellos consigues que alguien sonría en un día triste, se sienta importante o alguien muy especial para ti. Así que escogí varias cintas de raso con diferente anchura, cartoncitos para poner un mensaje personalizado y me puse manos a la obra.
Con las cintas de raso fui envolviendo el tallo de la flor, poniendo pegamento y haciendo presión sobre ello para que no se despegara mas adelante. Una vez terminado cubrí el final del tallo con una cinta de mayor anchura haciendo un nudo, a partir de ahí se va enrollando poco a poco cada uno de los trozos sobre si mismo y a la vez dando vueltas alrededor del palo hasta que llega al centro. De nuevo se hace otro nudo y los trozos sobrantes se cortan con forma de hoja.
Antes de hacer el nudo final se introduce el cartoncito decorado previamente como tu prefieras. Yo siempre me decido por una ilustración o varias que refleje un mensaje en una de las caras, en la otra se escribe un bonito mensaje para la persona destinada. ¿El resultado? Lo podéis ver abajo.
Siempre que realizo un regalo personalizado, a la hora de la entrega existe unos segundos de suspense. Nunca sé que reacción tendrán al ver lo que se encuentra debajo del papel que lo envuelve. En este caso, les encantó a las dos. Porque lo que marca la diferencia es simplemente un detalle que lo hace ser único, no siempre tiene que ser material, una llamada, un beso sin venir a cuento, un abrazo desprevenido, una visita sorpresa para animar a cualquiera… Porque lo importante no es lo que se regala, sino el significado que tiene aquello. Todos nosotros podemos transformar una simple flor en “nuestra propia flor”. Solamente hay que ponerse a ello 🙂