Hay veces que me doy cuenta de que centro todos mis esfuerzos en trabajar. Realmente cuando tienes tu propia empresa y nadie va a venir a solucionarte nada, te cargas a la espalda una responsabilidad tan grande que dura veinticuatro horas los siete días de la semana. Y no es bueno, claro que no es bueno, porque pierdes perspectiva, pierdes cosas que pasan a tu alrededor, detalles que tienen que ver con VIVIR en mayúsculas independientemente de a qué te dediques. Por eso es tan importante rodearte de personas QUE SÍ para recordarte que, pase lo que pase, cada día puede ser especial y es posible dejar las preocupaciones y los “debería” aún lado para sustituirlos por los “quiero”.
Y yo ayer quería celebrar el cumpleaños de mi hermana con mis amigas, y quería DISFRUTAR en mayúsculas y por eso desde que nos despertamos por la mañana lo hicimos así. Nos pusimos rumbo a un sitio bonito y acabamos en el Meandro Del Río Melero, el más bonito de España. Reímos, cantamos Camela, hicimos fotos y hablamos de temas escatológicos hasta que se nos hizo la hora de comer en el restaurante “Mulero” de Riomalo, muy recomendable para cualquier amante de la buena comida y más si es de la tierra.
¿Qué luego nos apetecía darnos un baño? Pues a movernos hasta Las Mestas, que están apenas a 9 kilómetros y antes de que lleguen las hordas de turistas en julio y agosto se disfrutan como un auténtico remanso de paz con pequeñas cascadas, agua fresquita y piedras planas para dejar pasar la tarde.
No teníamos prisa. No teníamos cobertura. Tan solo teníamos un cumpleaños que celebrar, muchas risas guardadas y poca vergüenza, la que se va perdiendo con cada año cumplido. Y es así como, sin tener nada que ver con mi trabajo…Se hacen los DÍAS DE CUENTO.
Un consejo: regalaos uno cada poco. Poneos una excusa (que si un cumpleaños, unas mini vacaciones, una tarde libre, lo que sea) y rodearos de gente QUE SÍ, esa con la que puedes hablar de todo sin esconderte, la que hace que cualquier problema al compartirlo se haga más pequeño y que misteriosamente te ayuda hasta a reírte de tu sombra. Esa gente es la que de verdad importa.
Felicidades, hermanita.