Al sol, en pleno invierno, la temperatura es más que agradable y hasta se siente calor de a ratos; por lo que un chapuzón en las infinitas aguas azules que abrazan la península no vino nada mal. Al principio se siente el choque de temperaturas, luego parece que la respiración se va a cortar, pero luego nadando un poco (y puteando) se pasa el frío.
Arriba de la embarcación (escuna) se puede beber refrigerante "a vontayi" (lo que uno quiera!) que está incluído en el precio que varía desde los 30 a 35 reales. También hay servicio de fotografía para guardar los mejores recuerdos para siempre. Se hacen unas fotos arriba de la embarcación y luego se vende el CD a los turistas que quieran un recuerdo. En este caso tuve la suerte de encontrarme con amigos que estaban trabajando de fotógrafos así que tuvimos un par de fotos de cortesía. Recomendadísimo el servicio de fotografía de "En foco": Pablo y Shana, muchas gracias!
El paseo terminó cerca de las 15 horas, el momento justo para llegar a casa y organizarme nuevamente: lavar, planchar y pasar la escoba; no sin antes atender a Patinha, mi "gatahija", quien se había ausentado unos días de casa porque entró en celo, (sin saber yo como funciona este asunto), por lo que me dejó sumamente preocupado. Ya volvió a casa, gracias a Dios. Exhausta y hambrienta, volvió en busca de mis cariños. Ya estoy tranquilo por un lado; pero por otro lado creo que está embarazada y voy a ser abuelo!!
