COMO LLEGAR DESDE TÁNGER
La mejor manera de llegar desde Tánger es en tren. Salen trenes aproximadamente cada hora y el trayecto dura unos 30 minutos.
El precio del billete es muy económico. En 1ª clase, 25Dh y en 2ª clase 16Dh.El único inconveniente -por encontrar alguno- es que la estación está bastante alejada del centro y el primer tramo de camino no es demasiado entretenido. Primero se camina por la carretera pero en seguida se encuentra el paseo junto al mar que sólo hay que seguir en dirección a la blanca medina que se observa a lo lejos, no hay pérdida.Como podéis ver en google maps, se trata de caminar unos 30 minutos. Por supuesto, como en todas las estaciones del mundo, tenemos taxis disponibles y en el caso de Assilah, también unos carros de caballos que ofrecen el servicio.UN POCO DE HISTORIALa historia de este pueblo de la Costa Atlántica ha sido muy compleja. La muralla que rodea la medina fue construida por los portugueses en el siglo XV, así como también la gran torre Borj Al Qamra que destaca desde diferentes puntos de observación.
Se sabe que fue una colonia cartaginesa y que en el siglo I aC fue un asentamiento romano.En el año 712 fue conquistada por los árabes y en 1471 por los portugueses, pasando a formar parte de su ruta africana del oro. En 1581, tanto Assilah como todas las posesiones portuguesas en Marruecos, pasaron a formar parte del Imperio Español cuando, bajo reinado de Felipe II, se incorpora el reino de Portugal.Pocos años después, en 1589 pasa a la dinastía árabe de los saadíes, para regresar a manos españolas de nuevo hasta el siglo XVII que la toma el sultán Mulay Ismail.En 1860 fue bombardeada durante la guerra entre España y Marruecos.Capítulo aparte merece el personaje Er-Raisuni - un bandido y secuestrador que era temido por todas las potencias europeas por no tener ningún tipo de escrúpulo -utilizaba Assilah como base y en 1906 se autoproclamó pachá. Junto a la muralla, frente al mar, se alza el que fue su palacio, un edificio de 1909 bien integrado en su entorno. Lamentablemente no lo pudimos visitar, ya que sólo abre sus puertas durante el Festival de Assilah que se celebra cada año y también para algunas exposiciones temporales. En 1912 la ocuparon los españoles y pasó a formar parte de su Protectorado.
NUESTRA VISITASalimos de Tánger en el tren de las 9.25 y dedicamos prácticamente toda la mañana a recorrer la medina. Después de comer en uno de los muchos restaurantes de pescado y marisco que hay fuera de la muralla, dimos un largo paseo por la playa y por el puerto tal como os detallo a continuación.Antes de adentrarnos en la medina, desde la playa, nos orientamos un poco sobre el plano. Entramos por la Puerta Bab Al Bahr que significa “puerta del mar” y empezamos a caminar por las callejuelas de la medina o ciudad antigua.Se trata de una medina limpia, impoluta, bien arreglada. Es básicamente una zona residencial, por lo que hay muy poco comercio, sólo algunas tiendas y galerías de arte enfocadas al turismo pero que ahora se encuentran prácticamente todas cerradas. En muchas de las casas se anuncia alquiler de habitaciones con encanto. Hay rincones preciosos pero encontramos que le falta la vidilla típica que aportan los zocos a las medinas marroquíes.
Muchas de las casas pertenecen a españoles, principalmente andaluces, a quienes les resulta más económico mantener la segunda residencia de playa en Marruecos. Ahora, sin embargo, en muchas cuelga el cartel de “En venta”.A menudo se compara Assilah con Essouira pero bajo mi punto de vista carece del embrujo de aquella. De todas formas, las rejas de forja, las celosías de madera en las ventanas, las plantas en varios rincones… le dan mucho encanto y el toque de color lo dan los murales que se pintan en sus paredes durante el Festival y que se renuevan cada año.
FESTIVAL DE CULTURA DE ASSILAHEn 2015 se ha celebrado la edición 37 del Festival, lo que significa que nació en los años 70 y fue gracias a dos hijos de la misma población, Mohamed Benaïssa, que fue Ministro de Cultura de 1985 a 1992, Embajador en EEUU de 1993 a 1999 y Ministro de Asuntos Exteriores desde 1999 hasta 2007 junto con Mohamed Melehi, un renombrado artista marroquí que desarrolló sus estudios de arte en Sevilla, Hungría, Madrid, Roma, París y EEUU.
Ambos vivieron varios años en el extranjero y al regresar a Assilah se encontraron una ciudad muy descuidada. Gracias a su proyecto se restauraron muchos edificios de la medina recuperando elementos de edificios en ruinas, como azulejos, rejas y celosías de madera y siempre con la participación de artesanos locales.
En 1978, su proyecto empezaba a dar los primeros resultados y nació lo que sería la primera edición del festival, cuando varios artistas amigos en colaboración con vecinos de la ciudad, pintaron algunas paredes de la medina. La actividad más conocida del Festival es precisamente la realización de estos grafitis que actualmente realizan artistas de todo el mundo con jóvenes voluntarios. Cada año desaparecen las de la edición anterior y nuevas temáticas quedan plasmadas en sus muros, dando un toque de originalidad y un hecho diferencial respecto a otras medinas marroquís.
SEGUIMOS LA RUTA… Sin rumbo fijo nos dejamos llevar hasta llegar al bastión suroeste que se adentra al mar. Desde el Mirador Caraquia se obtienen unas bonitas vistas. A los pies, una pequeña mezquita y un cementerio mujahidí con unas tumbas de vistosas cerámicas.
Salimos por la monumental puerta El Bab El Houmar en la cual se puede observar el escudo de armas portugués.Ya fuera de la muralla, nos encontramos en la Avenida Hassan II repleta de restaurantes y cafeterías.
Rodeamos la muralla por fuera y volvemos a entrar en la medina por su tercera puerta, Bab El Kasba, la cual se construyó bajo dominio español y que conduce a la Gran Mezquita y al Centro Hassan II des Rencontres Internationales, un importante centro de cultural. Alrededor del Centro Cultural hay varias galerías de arte en las que se exponen obras de artistas locales.
Seguimos caminando y llegamos a la plaza Ibn Khaldoun donde encontraremos la antigua torre portuguesa Al Qamray de nuevo la puerta Bab al Bhar.
FUERA DE LA MURALLA…Fuera de la muralla, la Ville Nouvelle, sin demasiado interés. Se puede visitar el mercado, aunque el día que visitamos Assilah tenía muy pocos puestos abiertos por tratarse de un día festivo y la Iglesia española de San Bartolomé construida por los franciscanos. Todos los domingos se celebra misa e incluso se tocan las campanas. Se encuentra en la Avenida Mohamed V.
A la hora de comer nos dirigimos al Restaurante Océano Casa Pepe que recomienda Paco en su blog El Lobo Bobopero nos dicen que deberemos esperar un rato. Como hay mucha oferta en la zona, probamos en otro restaurante que nos recomendaron un pareja de Jerez que conocimos en Chefchaouen, el Restaurante La Place, con una carta muy parecida. Nos sentamos en la terraza y pedimos dos completas fritadas de pescado (con una para los dos hubiera bastado) con gambas, calamares, merluza y lenguado. Sólo un fallo, pedimos una botella de vino blanco de la carta pero nos comentan que por tratarse del día de la celebración del nacimiento del profeta Mahoma, no pueden servir alcohol en la calle y, que si queremos nos sentemos en una mesa del interior. Aunque no sea demasiado combinable un buen plato de pescado con unos zumos naturales de naranja y de limón, valoramos más el poder comerlo en una terraza al aire libre aprovechando un espléndido sol de enero.MAWLID O CUMPLEAÑOS DEL PROFETA MAHOMAEn Marruecos, como en la mayoría de países islámicos, se conmemora el aniversario del nacimiento del Profeta Mahoma, una de las fiestas religiosas más importantes del país que se acostumbra a celebrar en familia y en las mezquitas. Esta fiesta se rige por el calendario lunar por lo que el día y el mes varían cada año. Se celebra el día 12 del tercer mes (Rabi al-Awwal) del calendario musulmán, fecha reconocida por los sunitas como el día de su nacimiento, mientras que los chiitas defienden que nació el día 17 del mes.En cada país se celebra de formas distintas, adornando calles y casas, un banquete e intercambiando regalos. Tampoco faltan los actos religiosos en los que se recitan pasajes del Corán y se invoca el nombre de Alá.Algunos fundamentalistas la consideran una fiesta idolátrica e incluso en algunos países como en Arabia Saudita está prohibida su celebración.
Por la tarde nos dedicamos a pasear por la playa y el puerto. Caminamos hasta la punta del espigón y nos entretenemos observando el regreso de las barcas de los pescadores y la venta de pescado. Se trata de un puerto pequeño y sin infraestructura pero nos resultó interesante.
El regreso a Tánger fue algo caótico. Por lo visto mucha gente regresaba a la ciudad tras pasar fuera el día festivo y los trenes iban completamente abarrotados. Tuvimos que ir de pie durante todo el trayecto hasta Tanger Ville como unas sardinas enlatadas intentando encontrar un hueco entre gente, maletas y paquetes varios.Acabamos el día en Tánger con todas las mezquitas iluminadas y un gran ambiente festivo.