
Solo se tardan dos horas en llegar desde Budapest hasta Bratislava. La estación de tren es antigua y está en obras, pero el tren que cogemos está muy bien. El paisaje que vamos viendo es muy verde y frondoso hasta llegar a la frontera dónde empieza a cambiar y se acaban los bosques. El tren está lleno de españoles. Detrás de nosotros se sientan unos chicos de Madrid que están haciendo el Interraíl y enfrente hay una pareja con sus dos hijos mayores. Los españoles hablamos muy alto así que nos enteramos de todo. Hace mucho calor cuando bajamos y creo que en la estación no hay aire acondicionado o está estropeado. Cogemos un autobús para llegar hasta casi el centro. Nos acercamos hasta la orilla del Danubio desde donde se ve un puente que tiene un restaurante circular arriba al que llaman el Ovni porque tiene esa forma.








Después de deambular por todas las callejuelas ponemos rumbo hacia el Castillo desde donde hay unas preciosas vistas de la ciudad, el Danubio y alrededores y donde está situado el Parlamento eslovaco.



