Colonia del Sacramento, al otro lado del charco, es el destino más utilizado por los argentinos que, en medio del trajín citadino, intentan un descanso o bien calmar la ansiedad que supone la espera de las vacaciones anuales. De esa forma la mayoría llega a la ciudad uruguaya en plan de excursión diaria y pocos (casi la minoría) lo hacen pensando pasar al menos una noche allí (grave eror si se tiene en cuenta que, si bien la ciudad es pequeña, queda mas que claro que un día de excursión no alcanza para difrutarla y mucho menos, descubrirla, en todo su esplendor).
Así es como, entre otros tantos, uno de los puntos que generalmente es sacrificado por falta de tiempo es el cordón de la zona costera, con sus piedras amarronadas que sobresalen frente al río, las palmeras que abundan en la zona, además del bucólico muelle repleto de pequeñas embarcaciones y yates que llaman la atención del viajero y que nada tienen que envidiarle a las postales de diferentes ciudades portuarias del mundo.
Por eso si están por visitar Colonia del Sacramento en algún momento del año les recomiendo que, además de dedicarle un par de días a la ciudad, tengan en cuenta el consejo de pasarse o una mañana o una tarde en la costa. Mientras tanto los invito a un recorrido fotográfico que abarca la zona que va desde el Puerto de Yates (sobre la pequeña bahía) pasando por el muelle y termina en el Teatro Bastión del Carmen, ubicado en la otra parte del casco histórico.
Desde la costa se tiene una vista panorámica en la cual se refleja la actividad que presenta el muelle de Colonia. Repleto de pescadores, dueños de yates, ciclistas, paseadores de perros, caminantes y tomadores de sol, es el lugar elegido para admirar la ciudad desde diferentes ángulos.
Como otros emblemas arquitectónicos del mundo que se dejan ver desde cualquier punto de la ciudad en que se encuentran, las cúpulas de la Basílica del Santísimo Sacramento emergen entre las fachadas de las casas bajas, las terrazas y las palmeras de la zona. Su presencia dividen a la ciudad en dos partes bien identificadas: por un lado el casco histórico y, por otro, la zona del puerto.
Si bien algunas de las embarcaciones son utilizadas con fines comerciales, la mayoría de las que están amarradas en el muelle pertenecen a familias de ambas orillas. Las hay de diferentes tamaños, colores, estilos y destinadas a finalidades diversas.
Las lanchas indican la presencia de seguridad o bien de pescadores de la zona que tienen allí la zona de extracción.
Cuando el sol comienza a calentar perros y gatos callejeros encuentran en las tibias piedras un lugar propicio para desplazarse o hacerse de algún amigo que les regale una caricia.
Algunos aficionados a la pesca han hecho de esta muralla ubicada frente al río el sitio privilegiado para echar la caña y mientras tanto compartir un momento social tomando un café o comiendo algunas de las minutas que venden los locales de comida al paso que abundan en la zona.
El muelle es uno de los sitios elegidos para hacer un alto y almorzar o bien tomar algo. Quienes vayan en plan económico y no quieran sentarse en un bar encontrarán allí decenas de bancos de plaza ubicados allí para disfrutar de un mate o bien de una siesta al sol.
En los últimos años, debido al crecimiento de la zona portuaria se mejoró notablemente la infraestructura y con ella, la estético del lugar.
Empleados del puerto conviven con los dueños de las embarcaciones para brindarles la ayuda necesaria en caso de urgencia o bien trasladándolos hacia el muelle cuando deciden abandonar las embarcaciones.
Los durmientes de cemento ubicados al costado del muelle invitan a descansar bajo el sol o bien para charlar con amigos. A media mañana estos suelen llenarse de gente que los elige, por sobre otros, dada la excelente vista panorámica que ofrecen a ambas márgenes de la ciudad.
El atardecer es el mejor momento del día para observar el dorado que adquiere el cielo al borde del río. Las embarcaciones adquieren un color uniforme que, en contraste con la luz ambiente, simulan un cuadro digno de la pared de cualquier museo de renombre.
En los jardines del Teatro-Museo Bastión del Carmen se encuentra esta llamativa escultura en madera que bien podría formar parte de una escenografía de algún film Tim Burton. Su forma se recorta en el horizonte como una verdadera rareza e invita a ingresar en el museo ubicado al lado, en el cual siempre hay interesantes muestras de artistas uruguayos que encuentran allí el lugar indicado para exhibir su arte.
Más información
Puerto de yates de Colonia del Sacramento (o Puerto Viejo)
De lunes a sábados de 8:00 a 19:00 y domingos de 8:00 a 17:00 durante la temporada baja (de 1 de marzo a 15 de diciembre) y de 7 a 20:00 todos los días durante la temporada alta (del 16 de diciembre al 28/29 de febrero).
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