Revista Empresa

Un día en la vida

Publicado el 19 junio 2012 por Mandomando


Tengo la suerte de tener ancianos muy vitales en mis recuerdos de niñez. Abuelos activos, lectores, críticos, incluso un tío abuelo algo alocado que a sus 90 y tantos aún seguía en plan living la vida loca. Son cosas que te marcan.

Un día en la vidaHoy, que tenemos la noche de San Juan encima, se da la coincidencia de estar concluyendo proyectos y formaciones, con babybits que se transforman en seniorbits, con reflexiones estivales esperando tras la puerta humedecida por la mar. Hay ganas de pensar, tenemos ganas de volver a comernos el mundo. De acercanos a donde siempre quisimos estar, de no volver a alejarnos de nuestro rumbo, de seguir navegando y descubriendo mundos.

Días movidos, de mucho trajín, de un sin parar de escritos a medios terminar, que me dicen que lo del slow movement que me prometí alguna vez, es en parte fantasía y en parte, utopía. Que cuando hay mucho amor que dar, aquietarse no es una opción.

Allá afuera -digitalmente, ¿es esto un sinsentido?- hay mucho por construir, mucho trabajo por llevar a cabo, mucho proyecto que aún no sabe que quiere ser llevado a cabo, mucho talento que necesita ser mostrado. Es tiempo de olvidar la protesta inútil: si gritamos demasiado y nada cambia, deberíamos bajar el volumen del altavoz y ponernos en marcha. Es tiempo de divertirse con la ironía antes que deprimirnos creyendo que existe una sola realidad. Es tiempo de dejar que la creación fluya y regrese la vitalidad, porque las críticas sólo sirven si crean más realidad y son inútiles cuando las empequeñecen. Es tiempo de recordar que un gestor, un directivo, un cargo de responsabilidad tiene que superar sus “fobias, filias, miedos, sensiblerías y fantasmas” si quiere calmar las ansias de sus gestionados cuando surjan.

Hay veces que veo un mundo de personas dotadas para construir una gran realidad y que viven su día a día quejándose de cómo otros intentan crear sus propios caminos. Como los que le decían a Dalí que estaba demente, a Lloyd Right que la casa se iba a caer, a Buñuel que su crueldad lo alejaba del arte. Esos mismos que cuando sale una publicidad provocadora atacan al anunciante en lugar de disfrutar la provocación. Es tiempo de madurar y contemplar, de aprender de la crítica, de crecer con el mundo, de olvidar lo que se hizo siempre porque ya es evidente que lo de siempre, hace rato que no sirve.

Si nos pilla pensando, no hay problema en corregir ‘hoy’ problemas del ‘ayer’ con soluciones del ‘mañana’. Si nos pilla pensando, claro

— Mando Liussi Depaoli (@mandomando) June 12, 2012

 

Para guiar en la vida o en la selva, primero tenemos que explorar senderos, encontrar sitios inservibles y crear soluciones impensadas momentos antes. A algunos, esto les hace sentir rídiculos y los paraliza.

Afortunadamente, tarde o temprano descubrimos que la única manera de aprender a correr es tropezando y que toda gran idea, fue en su momento, tachada de ridícula.

¡Feliz verano amigos!



 


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