Revista Infancia

Un día en las carreras

Por Compritaspeques

UN DÍA EN LAS CARRERAS

Hace poco leí en la revista GALOPAR esta cita de Charles Bukowsky: "No se puede ir a un hipódromo a apostar a la suerte. Sería lo mismo que quedarse en casa y jugar al bingo con la abuela"

Mi cita es: "¡Ja!, poder, lo que se dice poder, sí se puede. Otra cosa es que no cantes ni línea"

El día 1 de noviembre los Compritas nos fuimos a pasar la mañana al HIPÓDROMO DE LA ZARZUELA. Era un día especial ya que se corría la carrera que lleva el nombre de mi abuelo, Fabio de Turnes. Este premio -que ya existía cuando yo era muy pequeña- lo ha recuperado el Hipódromo hace unos años cosa que me ha parecido fenomenal no solo porque mi abuelo fuera el médico del Hipódromo casi toda su vida sino porque el Hipódromo era casi toda su vida.

En esta foto estoy entregando el premio al propietario del caballo ganador. Una vez más no es mi mejor foto -y eso que no se me ve- pero es que la operación bikini 2015 sigue resistiéndome -no, no me he equivocado, no me resigno, huyo del fracaso y sigo intentado triunfar en la operación bikini del verano pasado. De momento no me planteo la del 2016-.

Independientemente de que se corra una carrera con el nombre de tu abuelo os tengo que decir que ir con los niños a pasar el día al Hipódromo es un planazo. Hay muchas novedades desde la última vez que yo fui -allá por el siglo pasado- y muchas de ellas tienen que ver con los niños. Los míos, desde luego, disfrutaron muchísimo.

No se perdieron una vista al paddock entre carrera y carrera para ver los caballos:

Como yo tenía la imagen de mi abuelo y sus amigos que siempre iban a las carreras con traje y corbata -y al escribir su madre un blog de moda infantil - puse a los niños un look arregladito -no tenía yo cotemplada la americana para "el pequeñín" pero desde la boda de hace dos semanas le ha cogido afición-:

María tenía claro que quería estrenar su conjunto de CUL DE SAC y, a estas alturas de su adolescencia, tengo muy claro en que batallas me compensa pelear...

Como veis los tres llevan su programa de carreras en la mano. Muy útil si entiendes algo de caballos pero no tanto si tus criterios para las apuestas son:

El color de la chaquetilla en el caso de la mayor: "mamá yo al de la camiseta rosa".

El número de tu camiseta del equipo de baloncesto: "mamá yo al 32". "Hijo, solo corren 12 caballos". "Da igual, yo al 32".

"Pito, pito, gorgorito..."

Evidentemente salimos tan pobres como entramos.

Más allá de las apuestas, hechas por mí porque ahora -no como antes- los niños no pueden apostar-, y las carreras en las que uno, aún sin saber, se emociona...

el HIPÓDROMO DE LA ZARZUELA tiene otros alicientes para los niños como paseos en pony, hinchables estupendos o un mago que yo no vi pero mis hijos sí:

Terminamos la mañana comiendo, junto con mi amiga Aránzazu, " la mala-malísima", y su familia -que vinieron desde Burgos a pasar el día con nosotros y cuyos niños están con los míos dos fotos más arriba-, en la explanada que está junto a la entrada sur en la que hay aparcados 4 o 5 food-trucks con cosas buenísimas y nada recomendables para la operación bikini 2015 ni, mucho me temo, para la del 2016.

Las carreras terminan ya pronto pero vuelven en primavera. Nosotros tenemos claro que no esperaremos al próximo "premio del abuelo" para volver porque realmente todos lo pasamos genial.

Nota: el Mindu no apuesta a los caballos, él vota.


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