Un día en Nueva York

Buenos días,
Hoy os tenemos preparado un desestresante muy especial gracias a la colaboración de Isabel, del blog La 5th con Bleecker St. Como muchos de vosotros ya sabréis, su estupendo blog se centra en la ciudad de Nueva York y día a día nos va descubriendo sitios, eventos, espectáculos, rutas, paisajes y un sinfín de planes que se suceden todos los días en la ciudad que nunca duerme.
Si no lo conocéis, desde aquí os lo recomendamos efusivamente porque sin duda es uno de nuestros imprescindibles de la blogesfera, y si tenéis pensado viajar a NY no dudéis en pasaros por la La 5th con Bleecker St. para descubrir los secretos que guarda la Gran Manzana. Por el momento hoy os queremos llevar a pasear por sus calles de la mano de Isabel.
Desde tres le propusimos un reto: planificar Un día en NY
¿Sólo un día? Pues es que nos salió nuestra vena cinéfila y queríamos hacer un pequeño homenaje a la magnífica película clásica que lleva el mismo nombre y que se estrenó en 1949.
Si no la habéis visto no os la podéis perder porque es uno de los grandes clásicos dirigidos por Stanley Donen y basado en la partitura del magnífico Leonard Bernstein. Protagonizada por Gene Kelly y Frank Sinatra, es uno de esos grandes musicales que llenan la pantalla de optimismo y buen humor.

El argumento se basa en tres marineros que están de permiso y sólo disponen de un día para disfrutar de la ciudad.

Trasladado el argumento al año 2011, le propusimos a Isabel esta misma idea: 24 horas en Nueva York. ¡Todo un reto!
Y sin más ella se puso manos a la obra para planificar la ruta perfecta con una cuidada narración.
Así que, como dirían en el mundo del cine de los años 40...
La 5th con Bleecker St. y Tres se complacen en presentarles:
Un día en Nueva York

Vuelo de conexión cancelado. 24 horas en Nueva York. Al contrario de cundirme el pánico, me inunda una enorme alegría, me acaban de regalar unas horas en la ciudad de mis sueños.
Voy directa al hotel para intentar descansar antes de afrontar un largo e intenso día.
7 a.m.
Suena el despertador, ducha rápida y directa a desayunar a Dean&DeLuca del Rockefeller Center, mientras disfruto del espectáculo exterior de la NBC y su programa de las mañanas.

8,30 a.m.
Lo mejor para disfrutar de la ciudad es caminar, así que decido empezar a bajar La 5th hasta llegar a Bryant Park, donde se encuentra la New York Public Library, 140km. de estanterías de libros inundan este edificio de estilo beaux arts neoyorquino.

9,30 a.m.

Hora de seguir por Broadway hasta Herald Square donde se encuentra Macy’s, que alardea de ser el mayor almacén del mundo, aunque mi objetivo es otro, la espectacular tienda de Victoria's Secret, me encanta.
Intento alcanzar con mi vista el Empire State, pero sus 443 metros me impiden llegar a lo más alto.

10,30 a.m.

Muy cerquita, me encuentro de frente con el Flatiron Building que en 1903 se alzó como el edificio más alto del mundo. Para mí, de los más espectaculares de la ciudad. Y a muy corta distancia el edificio de la New York Life Insurance Company, y la casa donde nació el presidente americano, Theodore Roosevelt.

11,30 a.m.

Día de mercado en Union Square, sin duda de los de mayor encanto, y donde los agricultores de la región venden fruta, pescado, quesos…

12 p.m.

Vuelvo a coger la 5th para entrar a uno de mis barrios favoritos, directamente por su arco del triunfo, estoy en Washington Square Park. Punto de inicio de un barrio más conocido quizá por acoger la New York University, que dota a sus calles con un ambiente juvenil y muy animado, y de terrazas situadas en sus minúsculas aceras.
Es hora de comer… Balthazar en el 80 Spring Street, es el sitio perfecto.

15 p.m.

Podría seguir hasta Battery Park, pero no, creo que es el momento perfecto de hacer un pequeño break. El día soleado me dice que es hora de estirarse sobre la hierba de Central Park, aunque me suponga 10 min. en metro
Siento que a mi alrededor no hay nada, cero ruidos, cero coches, solo pajarillos y ardillas que revolotean libremente. Es increíble tanta paz en medio de esta enorme urbe. Con la vista puesta en el azul cielo, desaparezco durante unos minutos…

16 p.m.

Antes de volver de disfrutar de las últimas horas necesito entrar por unos momentos en la Frick Collection, donde el adinerado Henry Clay Frick pretendió que su legado fuera tributo a su memoria. Whistler, Vermeer, Turner… son sólo alguna de sus maravillas.

17 p.m.

De nuevo en el Downtown, y sin entretenerme demasiado, me pierdo entre las calles del Soho, donde sus calles adoquinadas y sus edificios con escaleras de hierro, decoran muchas de las películas que hemos visto.

18 p.m.

Bullicio, pato laqueado, pescado vivo… definitivamente estoy en Chinatown. Si no supiera de antemano que estoy en NY, realmente creería que me encuentro en cualquier pueblecito de China, y es que han impuesto su propia cultura en esta ciudad tan cosmopolita.

19 p.m.

El popular barrio de Tribeca está a tan sólo una calle, me adentro en él hasta alcanzar Wall Street, sede de cracks borsarios y bonanzas económicas. Pocos batines de colores recorren ya sus calles a estas horas.

21 p.m.

Battery Park me indica que he llegado al final de una larga jornada, está a punto de anochecer, así que aprovecho para coger el Ferry de Staten Island.
Mientras se aleja de la isla, el sol se empieza a esconder por detrás de sus edificios a la par que las luces de las oficinas despiertan para iluminarla. Un espectáculo increíble, y vista indispensable.
Manhattan desaparece a lo lejos, y con ello, mi visita relámpago. Corta pero intensa, y sólo hace que recordarme mis ganas de volver a estar en ella.