Revista Expatriados

Un día en… Salzburgo. Segunda parte

Por Spanierin

Ya hemos llegado al centro de Salzburgo. O, más bien, a los alrededores de la ciudad. Nos encontramos junto al Makarsteg y delante de nosotros hay un paso para peatones. A la derecha tenemos la Franz-Joseph Kai, y a la izquierda la Griesgasse. Y en la parte trasera de los edificios que tenemos enfrente se encuentra el auténtico centro.

Esta vez no os voy a proponer ningún recorrido. Os recomiendo más bien que busquéis la forma de llegar hasta esa calle trasera, que se llama Getreidegasse. Y no vale preguntar. Hay varias formas de llegar hasta ella: ir hacia la derecha y girar a la izquierda... ir a la izquierda y girar a la derecha... meterse por uno de los muchos pequeños "pasadizos" que desembocan en patios más allá de los cuales se entra a esta calle... En cualquier caso, merece la pena (y mucho) perderse por esos callejones y aparecer en cualquier parte.

La Getreidegasse es una de las mayores zonas comerciales de Salzburgo. En esta calle se puede encontrar todo tipo de tiendas, aunque creo que no me equivoco si digo que la mayor parte de ellas son de souvenires y de ropa, estas últimas de todo tipo y de todo precio.

Un día en… Salzburgo. Segunda parte

Un día en… Salzburgo. Segunda parte

Una de las cosas más curiosas de la calle son las placas que sobresalen de las fachadas de los edificios, en las cuales se pueden leer los nombres de cada uno de los comercios. Bueno, se pueden leer ahora, porque en origen tan sólo mostraban imágenes que representaban las profesiones de quienes allí vivían, con el objetivo de que aquellas personas que eran analfabetas (que en la edad media eran bastantes) supieran dónde estaba cada cosa.

Los patios interiores datan de una época posterior, de varios siglos más allá, de cuando se decidió dragar el río para controlar su curso y, a raíz de ello, se amplió la zona en la que se podían levantar nuevas construcciones. Así, a un lado del río se levantaron las grandes casas señoriales para aquellos con mayor poder adquisitivo, mientras que en esta otra parte se ampliaron las casas incluyendo patios interiores. Ahora ya no todos son privados, por lo que suponen una forma de salir del ajetreo de la calle principal, de descubrir rincones muy interesantes y de acceder a otras calles paralelas sin tener que dar vueltas alrededor de todo el casco histórico.

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Una de esas calles paralelas a las que se puede llegar es la Universitätsplatz, que se encuentra en la parte trasera de la iglesia que pertenece a la universidad. Allí se monta un mercadillo diario en el que se puede comprar de todo un poco. Mi recomendación personal: probad el pan. Da igual cual. Aunque sea sólo un brezel, uno normal o con chocolate, o con mermelada o con lo que sea que lleve. Muchos de estos puestos tienen carteles colgados con los nombres de los productos en alemán y en inglés, por lo que no debería ser un problema probar cualquiera de ellos.

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Al final de uno de los extremos de la Getreidegasse nos encontramos con tres plazas contiguas: la Residenzplatz, la Domplatz y la Kapitelplatz.

La primera de ellas, la Residenzplatz, es aquella en la que se encuentran la Antigua y la Nueva Residencia de Salzburgo. Su nombre proviene del hecho de ser, precisamente, la antigua y la nueva residencia de quienes hasta el siglo XIX ostentaban el poder en Salzburgo, los príncipes-arzobispos. A día de hoy, ambas se pueden visitar. En la Antigua se puede ver cómo eran las estancias del edificio en su época (la visita incluye audioguía en español, no hay más que pedirla), mientras que la Nueva acoge diversas exposiciones. También se puede visitar, obviamente, aunque no sabría deciros si existen audioguías o programas en español.

A la segunda de estas plazas se accede a través de los arcos que se ven en la foto anterior. Su nombre es Domplatz, o plaza de la catedral. Y como sobre la catedral en sí ya he hablado en otra ocasión, así que os remito a esa entrada si queréis averiguar algo más al respecto.

Si uno se sitúa delante de la catedral, dándole la espalda a la misma, se encuentra con la estatua de la foto que se ve sobre estas líneas. Y, al otro lado de la misma, hay otra serie de arcos que nos llevan hasta más callejones de esos por los que os recomiendo perderos.

Por último, la tercera plaza lleva el nombre de Kapitelplatz. Es esa en la que se encuentra la bola dorada gigante con un señor subido encima. Junto a los arcos que separan esta plaza de la de la catedral se encuentra una placa en la que se describe qué significa esta escultura. Si os queréis ahorrar la lectura, os la resumo: el autor no ha dicho qué quiso representar con esta bola. ¡Que cada uno elija su explicación!

Si os fijáis en la foto anterior, en la parte de la izquierda se puede ver una fuente llamada Kapitelschwemme que está dedicada a Neptuno. Os cuento esto porque parece estar medio escondida y no suele haber gente a su alrededor, pero merece la pena acercarse hasta ella.

Un día en… Salzburgo. Segunda parte

Entre los dos edificios que hay por detrás de la bola dorada gigante se abre un callejón por el que se accede a una pequeña callecita en la que se encuentra el funicular que accede hasta la Festung Hohensalzburg (de la que hablaré próximamente). Y en la esquina de la derecha, más allá de los puestos de souvenires que hay en esta plaza (entre los que también los hay de brezel) hay una puerta por la que se accede al Cementerio de San Pedro. Dentro de este recinto, por extraño que pueda parecer, hay una panadería que es la más antigua de Austria (si no de Europa) y el pan que hacen está riquísimo. Al lado del cementerio, ya dentro de la montaña, está también el acceso a las catacumbas. Es el único punto de este lugar en el que hay que pagar una entrada.

¿Qué os recomiendo? Sin ninguna duda: subir a ver la Festung y entrar a la Residenz a verla. En ambos casos se paga una entrada que ronda los 12/15 euros (si no recuerdo mal) y en ambos casos se puede pedir una audioguía en español.

Por otro lado, decir que as fotos que habéis estado viendo pueden variar muchísimo en función de la estación del año en que se visite la ciudad. Todas las que habéis visto se han hecho en días de buen tiempo, o con un poco de lluvia de fondo como mucho. Si alguien visita la ciudad en los meses de invierno, no debe sorprenderse si a las 5 de la tarde ya es de noche: es el resultado más visible del cambio de hora del fin de semana pasado. Aunque hay que confesar que esa oscuridad también tiene sus encantos:

Si alguien necesita información más detallada sobre las visitas a todos estos lugares y a muchos otros de los que no he hablado en esta entrada, se puede consultar todo en internet, por ejemplo, en la web de la ciudad de Salzburgo, o, si os resulta más útil, descargarse este documento, en el cual hay un listado alfabético de monumentos de la ciudad en el que se aclaran los horarios de visita y precios de cada uno de ellos.

Creo que, a grandes rasgos, esto es lo que se puede ver tranquilamente durante un día en Salzburgo. Evidentemente, hay muchas más cosas interesantes, pero creo que esta se trata de una buena primera visita. Próximamente trataré de hablaros con más detalle de algunos sitios en particular.


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