Los hay por todas partes, desde La Quica a Ushuaia, y desde allí a Siberia, y dando la vuelta hasta el Caribe, y del sol caribeño hasta en la nieve del Everest.
Algunos portan esa condición desde chicos y otros la mantienen oculta hasta que llegan a destacarse, principalmente en política, momento en el que ya son imbancables.
No te cuento si por esas cosas del destino o bien de la billetera, se acoplan a alguna minita de esas que de solo caminar te trastocan el cerebro; bueno, allí ya son insoportables.
Si sos creyente y vas a la Iglesia o al culto, los hay, si mirás en el subte, se destacan enseguida, caminando por la calle, hay montones, y mirándome en el espejo, tengo muchas dudas que yo también no sea uno de ellos.
Y no es por el calentamiento global, tampoco tienen nada que ver los fondos buitres, el Fifagate (aquí agarraron a varios con las manos donde no debían)algo que no influye pero aporta valores practicados por muchos.
Las madres de ellos, esas santas, se dan cuenta enseguida, principalmente cuando el hijo viene de la mano de algún “ yiro”* y le dice cándidamente: Mamá, te presento a Soraya, tu futura nuera.
Cómo ya quedó dicho, la santa de la madre del individuo en cuestión, la ficha a Soraya, se da cuenta que tiene más bichos muertos que alpargata de quintero, pero sonríe y le da la bienvenida; tal vez el tarambana se dé cuenta antes de llegar a la convivencia.
Por si no lo dije, estoy hablando de “boludos” esa categoría que conforma un gran colectivo de la raza humana, y en cuyo homenaje se celebra (al menos aquí en Argentina) este sábado 27 de junio, como el “Día Nacional del Boludo”
Felicidades para todos y todas.
Oops.
*Yiro(ramera) Lunfardo
La imágen muestra a Eros Ramazzotti que muestra
lo que tiene en casa.
Autor: Isidoro Blaisten - Voz: Gian Franco Pagliaro