Siento el abandono del blog, pero es que la resaca post-boda me está durando mucho... No en serio, son demasiadas cosas con las que ponerme al día tras la vuelta al trabajo, eso si, después de un viaje maravilloso.
Ahora entiendo cuando dicen: "el día de mi boda, fue el más feliz de mi vida..." (Y yo pensaba, pues que pocas expectativas de felicidad tiene la gente a lo largo de toda su vida, ¿no?)
Pero aunque espero tener muchísimos días felices como ese, he de decir que fue increíblemente especial.
Sobre todo si nos remontamos a los 5 años anteriores en los que cada vez que me preguntaban por el tema, yo contestaba que el matrimonio no entraba en mis planes, y que lo de casarme no me emocionaba... Pero mira, tanto bromear con mi chico, "que si te lo pido, que si no, bah que como tu no quieres"... Al final saltó una chispa en mi cabeza, empecé a ilusionarme con la idea y la que se lo pedí fui yo.
Y dijo que si.
Y empezó mi aventura pre-boda, de la cual ya os iré contando mas cosas.
Y busca, y piensa, y tengo una idea, y no encuentro lo que quiero, y busca, busca...
Hasta que después de unos días previos de infarto, llegó el día "B".
Dos días antes cuando recibí las primeras flores en casa de felicitaciones, ya me puse eufórica, ya habían pasado los nervios y puedo decir ¡¡¡que estaba feliz!!!!
El día de la boda todo fue sobre ruedas, superando por completo mis expectativas, ya que hubo muchas sorpresas, de emocionar, de reír, y de alucinar... con nuestros amigos, nuestra familia y toda nuestra gente en un mismo lugar. De verdad, difícil de repetir... e imposible de olvidar.
Gracias a todos los que estuvisteis y a los que no pudieron venir -que se que una parte de vosotros tambien estaba ahí-.
A falta de fotos de mi boda, si alguien necesita inspiración, pasate por mi "Pinterest Wedding ideas"
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