Un dia retro, tiempo atrás

Hay días que parece que estamos cincuenta años atrás. Seguramente a los nacidos después de los setenta les parecerá mentira y exagerado. Las batallitas de aquella época no son  falsas. De vez en cuando las fotografías, los documentales, las hemerotecas nos recuerdan que el ayer también existe y que no se trata de historias inventadas, de mentiras urdidas por vencidos, de odio mantenido, de exageraciones de gente rencorosa. 

Las cosas eran como eran. Y fíjense ustedes en esta foto insólita que aparece en El Mundo. Es inédita y no fue publicada en su momento (1959) por parecerles obscenos a los mandamases del régimen, contradiciendo el parecer del “caudillo” que estaba siempre interesado en que le consideraran un superhombre.

Hoy después de cincuenta años aparece esta foto tan vergonzosa (perdonen la mala calidad) como el régimen que la amparaba, pero real como la vida misma. Y es que el “gran general”, ese rebelde genocida llamado Franco tenía su vanidad, y no era poca. En la foto aparece con su uniforme de caza, en plena llanura manchega y rodeado de 4601 perdices --formadas para pasar revista-- que dicen que cazó en dos días de otoño de 1959, para que luego digan que la realidad no supera a la ficción. Hay que estar ciego de ego para posar de tal guisa.

Pero claro, uno se despierta de este sueño y se vuelve a pellizcar porque vuelve a pensar que está dormido. Y aquí lo pueden ver un tipo levantando el brazo, por cierto un militar, y proclama: ¡Viva España!, mientras retiran la estatua de Millán Astray en A Coruña. Aquel tipejo que dijo: Muera la inteligencia, viva la muerte. Y eso ayer. No me dirán que no parece de la misma época que la foto anterior.

Telexornal. Informativo territorial de Galicia. (22/01/10).

(Se puede ver en el minúto 2:50)

Por cierto, que con esa mala costumbre de leer el periódico, sigo encontrando noticias que sin duda confirman que no me he despertado. Ahora resulta que nos piden que apadrinemos un cura.

Y es que llamarse legionarios de Cristo imprime carácter. Dentro de poco nos pedirán que apadrinemos a la cabra de su legión. Les debe parecer poco lo que reciben y lo que poseen, y tienen que pedir ayuda. La ambición no descansa. Me veo con una huchita, sólo que en vez de pedir para las misiones como se hacía en los cincuenta, lo haría para mantener seminarios, razón mucho más digna.

Menos mal que he visto

esta otra foto y me ha devuelto a mi época, aunque se trata de un mal de todos los tiempos, a mí, qué quieren que les diga, a pesar de todo, me gusta vivir el hoy más que el ayer, y eso que grandes chorizos siempre han existido, aunque no tan largos. Hay quien dice que llegan desde el Liceo a la Generalitat Valenciana y desde ahí a la Comunidad de Madrid, sin olvidar a un ex-tesorero en la calle Génova. Y es que donde esté un buen chorizo…

¡Oh, país!

Salud y República