Estas cinco imágenes fueron tomadas con un teléfono móvil. Parece que es lo único que tienen en común, porque no comparten ni la estética ni el contenido. Bueno, también tienen en común otra cosa: que las he subido al blog. Desde ahora y para siempre forman parte del fotonauta, así que ya están en el mismo saco que yo y que todos los que lo leen. Y es que sin comerlo ni beberlo a base de publicar cada día, aquí ya hay un trocito de mí. La intención es simplemente expresarme, gritar sin voz, reflexionar con todos los lectores acerca de la vida y sus extraños caminos, siempre llenos de piedras y de baches. Por eso en ocasiones nos movemos por senderos dramáticos, densos y complejos. Yo voy con la sinceridad por bandera y escribo cada día según me surge en el momento, sin pensarlo demasiado y sin ceñirme a ningún tipo de método. Escribo sin más, tal como haría si me dijeran “venga tú, di algo, lo que sea, empieza a hablar”. Y yo comenzaría. A veces me apoyo en las fotos para comenzar, como por ejemplo hoy, pero es solo un pequeño salto para tomar impulso y después ya dejo la mente libre para que exprese lo que me pasa por dentro.
Y lo que me pasa hoy es que estoy harto de estar enfermo. Sé que lo estaré toda la vida, así que no me conviene empezar a estar harto desde ahora, pero no lo puedo evitar. Todos los días hay momentos en los que creo que no puedo más. Cuando lo pienso me entran unas ganas irrefrenables de gritar y empezar a romper cosas por todas partes. Herido y sintiéndome agotado y vencido, no logro comprender por qué me ha tocado vivir así la única vida que tengo. Es muy injusto. No hay consuelo ni palabras de ánimo. Lo único que se puede hacer es no pensarlo. Ya, eso lo se… como si fuera tan fácil.
Pues sí. Mi misión es hacer que sea fácil, mirar para otro lado con cara de “yo no he sido” y tomarme cada día como si nada, como todos los demás seres humanos, haciendo lo que hay que hacer y se acabó, sin pensar en el fondo de las cosas, sin reflexiones profundas ni cuestionamientos vitales, transitando la superficie de la vida exactamente como siempre he dicho que no se debe hacer, de esa manera frívola y medio boba con que se toma las cosas casi todo el mundo. Eso es lo que tengo que hacer.
Si lo hago todo duele menos y al final del día me daré las gracias a mí mismo por hacerme pasar un día tranquilo.