Revista Opinión
Un difunto llamado diálogo
Sí el llamado diálogo era un cadáver insepulto desde hace mucho, no cabe dudas que en las últimas horas pasó a reposar tranquilamente varios metros bajo tierra. Lo que es un instrumento esencial en sistemas democráticos para resolver controversias de manera pacífica, aquí se convirtió en el comodín del régimen para ganar tiempo y dinamitar credibilidad de la oposición, que en su mayoría, de buena fe, apostó una vez más al entendimiento con miras a solucionar la grave crisis que atravesamos los venezolanos.
No hay que ser un gran analista para darse cuenta que el intento no sirvió de nada y que los problemas hoy no solo siguen siendo los mismos, se potenciaron. Los captores del poder se burlaron hasta del propio papa y con un cinismo gigantesco culparon a los factores democráticos del fracaso de las conversaciones. Decimos cinismo porque a decir verdad pocas o ninguna de las salidas al desastre actual están en manos de la oposición, que no controla el poder real y ese que logró obtener por elecciones, le fue despojado.
Entonces resulta más que descarado que en este escenario, termine siendo la unidad la responsable de patear la mesa y agravar la situación país. Si en algún error incurrió esta fue abandonar el terreno de lucha cívica en la calle, que no es solo músculo de fuerza, sino que es lo único que ha obligado al régimen a reconocerla oposición, al menos de manera simbólica, como interlocutora.
Frente al desencanto general no queda otra opción que recuperar la confianza, tarea nada fácil pero no tan compleja como le resulta a quienes desgobiernan hoy. El venezolano por instinto de supervivencia necesita volver a creer, pero no se le debe defraudar nuevamente: luchar no es simular hacerlo, no es caminar sin avanzar.
El momento demanda una reinvención de los métodos de lucha, que deben mantenerse pacíficos aunque nos enfrentemos a personas que no conocen de códigos. Deben redefinirse entendiendo que en estos sistemas el derecho a manifestar y sobre todo a elegir a través del voto no está garantizado. Traducción: Ninguna marcha será buena así nos disfraces de niños cantores y ninguna elección será pertinente así sea para elegir una junta de condominio ¿Qué hacemos entonces? Precisamente eso que no quieren, pero con ingenio, con audacia, con creatividad.
Es nuestro deber moral, no luche por la oposición, es más, si ve muy abstracto eso de luchar por el país, hágalo por usted.
Por Brian Fincheltub @Brianfincheltub
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