Cuando hablaba de Inception pocos días después de su estreno, mencionaba que Christopher Nolan pertenece al grupo de escasos directores 'jóvenes' actuales que ya casi pueden ser considerados clásicos. Pues bien, otro de ellos podría ser David Fincher, quien hasta la fecha ha apostado por proyectos arriesgados y, como mínimo, curiosos.
Fincher comenzó colaborando en diversos rodajes, dedicándose posteriormente al mundo de la publicidad y al de los videoclips, desde donde daría el salto a la gran pantalla con la prescindible Alien 3. Sería en su próximo trabajo en el que establecería las constantes que definen su obra, caracterizada por presentarnos un mundo oscuro en el que los personajes se ven angustiados al enfrentarse a sus demonios interiores, cambiando para siempre su vida en el proceso. A la recreación de los lóbregos ambientes por los que se desenvuelven contribuyen su pericia como director, su capacidad para que los actores den lo mejor de sí mismos y la utilización de efectos especiales al servicio de la historia, que no abrumen a los espectadores con explosiones y demás recreaciones digitales.
Su segunda y reconocida película fue Se7en, tenebroso thriller policial con Brad Pitt, Morgan Freeman, Gwyneth Paltrow y Kevin Spacey que crearía escuela, influyendo a los posteriores retratos de asesinos en serie. La siguió The Game, filme que reivindicar por su desconcertante desarrollo, con una poderosa interpretación de Michael Douglas, cuyo personaje se ve inmerso en una enrevesada trama que homenajea a 'Con la muerte en los talones'.
Más recordada es El club de la lucha, película con Brad Pitt y Edward Norton considerada de culto basada en la novela homónima de Chuck Palahniuk. Aunque personalmente ni me sorprendió la identidad de Tyler Durden ni congenié con el individualismo radical propuesto, sí hay que reconocer la labor de Fincher en la dirección y montaje con fuerte herencia del videoclip. La angustia vuelve a invadir su siguiente película, La habitación del pánico, en la que se nos narra la claustrofóbica situación que viven los personajes interpretados por Jodie Foster y Kristen Stewart al irrumpir en su casa la banda de ladrones encabezada por Forest Whitaker.
Tras años de inactividad estrenó Zodiac, de engañoso planteamiento ya que lo que comienza como un thriller policíaco estilo Se7en se transforma en el retrato de una obsesión a través del tiempo. No mucho después llegó su película más ambiciosa hasta la fecha, El curioso caso de Benjamin Button, relato de la vida de un peculiar personaje, las distintas épocas que atravesó y las pintorescas personas a las que conoció. Además de contar con las arrolladoras interpretaciones de Brad Pitt y Cate Blanchett, los efectos especiales avanzan un paso más al recrear a los personajes en sus diferentes edades, siempre perfectamente integrados en la historia.
Sin embargo, no pude sino mostrarme escéptico cuando descubrí cuáles serían los nuevos proyectos de David Fincher. Por una parte filmaría la versión estadounidense de la adaptación de la novela Los hombres que no amaban a las mujeres; que, si bien su temática coincide con el registro del director, no termina de ser chocante verle al frente de un remake. Más inminente resulta el estreno de La red social, centrada en la creación de Facebook. Dado el auge de las redes sociales me parecía un tanto oportunista trasladar semejante historia al cine...hasta que me informé acerca de la vida de Mark Zuckerberg, repleta de ambición y traición. Así, las disputas de este oscuro y joven empresario terminan perfilándose como uno de los estrenos más interesantes de este año.
Habrá que estar pendiente de su llegada a las carteleras; y en cuanto a sus futuros trabajos, será mejor depositar un mínimo de confianza en un director que hasta ahora es responsable de películas más que curiosas.