Revista Moda

Un diva "divina"

Publicado el 31 mayo 2011 por Matichica
Hace mucho que no le dedico espacio a esta sección de las divas, verdad? Como recordarán, una de las más votadas aquella vez que comenté sobre el libro Divas rebeldes fue María Callas. Y yo les dije en esa oportunidad que ella era una de mis favoritas, así que hoy le tocó el turno. Le dedico esta publicación a quiénes la votaron y especialmente a Karina que insistió en varias ocasiones para que La divina tuviera su lugar aquí. Pero como no quería improvisar ni hacer un post basándome en imágenes de internet, fui a la casa de un gran amigo, Claudio, quien además de ser melómano, escenógrafo y vestuarista teatral, es un gran admirador de María Callas. En su casa, plagada de fotos que remiten al mundo del ballet y la ópera podemos encontrar de todo en relación con dichos temas...
Y si de María Callas se trata, la colección de grabaciones y bibliografía sobre La divina es la envidia de cualquier coleccionista... ¿No me creen? ¡Miren!
Cuando fui a visitarlo y le comenté que necesitaba algunas imágenes, me prestó tres libros increíbles de dónde saqué la gran mayoría de las cosas que verán hoy acá. Gracias Claudio querido, sos un grande! Ahora sí, basta de preámbulos, vamos directo a la vida y obra de esta artista con mayúsculas...
Cecilia Sophia Anna María Kalogeopoulos nació el 2 de diciembre de 1923 en Manhattan, hija de una madre que provenía de la burguesía griega y de un farmacéutico que había decidido probar suerte en Estados Unidos. Allí la familia cambiaría el apellido por el más simple de Callas. El amor por la música que sentía la madre les fue inculcado a las hijas -tenía entonces dos niñas- y a la edad de 5 años, una mofletuda y miope María daba sus primeros pasos cantando canciones griegas y arias de ópera. La crisis del 29 golpéo fuerte al matrimonio -que además no pasaba por una buena etapa en la relación-, y a instancias de la madre, María Callas fue explotada como niña prodigio para obtener algunas ganancias. En 1937 la familia -sin el padre- decidió regresar a Grecia y allí la joven cantante fue matriculada en el Conservatorio Nacional, dónde consiguió una beca para formarse con la maestra Trivella. Como dato curioso, en esa época la cantante sufría de bulimia -aunque no se sabía mucho de esa enfermedad- y su constante aumento de peso era una preocupación para ella, al igual que el complejo por los gruesos lentes que solía lucir.
Tiempo después, María ingresó al prestigioso Conservatorio de Atenas bajo las órdenes de su maestra Elvira Hidalgo, quien supo ver en la joven un diamante en bruto. Ella la guió para mejorar su imagen y le propuso una estricta dieta, porque "una futura prima donna debe ser elegante tanto por su voz como por su físico".

Acá vemos la silueta de María en sus comienzos...


En 1945 María volvería a Estados Unidos y fue tentada para cantar en el afamado Metropolitan los roles principales de Madama Butterfly y Fidelio. Pero ella se negó por no creer estar a la altura. Ya demostraba una fuerza de carácter inusitada para alguien tan joven y no reconocida aún. De regreso en Italia, cantó en el anfiteatro de Verona y en esa ciudad conoció a Giovanni Battista Meneghini y comenzaron una relación en la que él tomó las riendas de la carrera artísitica de María. Se casaron en abril de 1949 y en mayo de ese año, La Callas cantó por primera vez en nuestro teatro Colón la ópera Turandot. Todos los roles de carácter le fueron otorgados a esta talentosa y virtuosa mujer y la fama mundial no tardó en llegar, junto con un agotamiento físico al que la sometían las constantes giras y presentaciones que le agendaba su marido/manager.
Ya en 1953, la voluptuosa y pesada soprano se transformó en una diva estilizada y elegante. Se sometió a una estricta dieta que le permitió bajar muchos kilos; aún a costa de su salud.
Al parecer, el objetivo era emular a su admirada musa de Hollywood, Audrey Hepburn, y desde el estilismo hasta la silueta, trató de imitarla luciendo costosas prendas de Dior, Givenchy Balmain. Bajo el asesoramiento de Biki, nieta de Puccini, y de Alain Reynaud, María Callas se convirtió en una seductora e irresistible diva, y de la mano de Elsa Maxwell -Cronista de sociedad- logró entrar en el jet set.
En una cena en su honor celebrada en el Waldorf-Astoria, la cantante conoció al magnate griego Aristóteles Onassis. El romance no tardó en suceder -en románticas veladas a bordo del majestuoso yate Christina-, y finalmente ambos dejaron a sus parejas para dar rienda suelta a una pasión oculta durante meses . El magnate sería su único y gran amor. A él le dedicó diez años de su vida en los que fue verdaderamente feliz viviendo por y para ese hombre; aunque él no le retribuyó ni en una décima parte esa dedicación... Es más, tardó largo tiempo en divorciarse de su esposa y mantuvo secretos romances con otras actrices. En marzo de 1960 María perdió un embarazo de ocho meses -algunas voces hablaron de un aborto obligado por Onassis- y la cantante se sumió en el dolor.

María en su apogeo se codeaba con todas las celebridades e imponía estilo con sus looks refinados y personales.


En 1963 estaba consagrada a Aristóteles y sólo vivía para él, refugiada en el majestuoso yate acondicionado para ella. Dejó de usar gafas porque él se lo pidió, se cortó la melena, y se cambiaba la ropa si no era aprobada por su amado. Al mismo tiempo, su carrera estaba estancada. Mientras tanto, Onassis habia encontrado un nuevo juguete a conseguir: la joven y poderosa viuda de América, Jacqueline Kennedy. María tuvo que padecer una humillación trás otra, porque el magnate no ocultaba sus intenciones. Tal vez por eso ella se dispuso volver a los escenarios y lo hizo con éxito. Pero en 1965 se desmayó en escena víctima de la sobreexigencia a la que se sometía, los ansiolíticos que tomaba y las vitaminas recetadas. El golpe de gracia se lo dió en 1968 el propio Onassis al casarse con Jacqueline en la isla de su propiedad y que había sido el refugio de la diva, Scorpio. En mayo de 1972, se reencontró con Aristóteles -a causa de la muerte de un hijo de él- y cultivaron una sincera amistad. Él estaba arrepentido de la boda con Jackie, y le ofreció divorciarse para casarse con ella, pero ya era tarde para la Callas... Finalmente, en 1975 el magnate falleció y la divina se sintió viuda. Se recluyó en su departamento de París y se volvió una sombra de lo que alguna vez fue... Murió el 16 de septiembre de 1977 desplomándose en el suelo como lo hacían las protagonistas de sus óperas.
Para mí María Callas es una diva eterna, un referente en música, estilo y personalidad. Al igual que muchas celebridades, conjuró los fantasmas de sus orígenes y del desamor y los transformó en chispazos de gloria. Su llama brillará en el arte por siempre y como si eso no fuera suficiente, la moda tomó nota de su influjo. Dolce & Gabbana presentaron en febrero de 2009 una colección totalmente inspirada en ella y sus roles más famosos...

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¿Qué me dicen? ¿Les gustó el recorrido por la vida de esta diva? ¿Quieren aportar algún dato más? Todo suma y es bienvenido. Y si quieren escuchar a esta maravillosa mujer, entren acá y entreguénse al disfrute. Aguardo sus comments, como siempre... Que tengan un lindo martes, seguimos on line. Besitos:>


Fuentes consultadas: Morató, Cristina: Divas rebeldes; Segalini, Sergio: Callas les images d'une voice; Stewart, Tabori, Chang: Callas, Images of a legend; RBA Coleccionables: María Callas, la divina.


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