Revista Opinión

Un dolor incontenible y una duda aciaga

Publicado el 23 febrero 2011 por Lautarojc
Desde hace días que me duele el corazón. Me duele cada vez que pienso en mis amigos de Libia, y lo que pueda estar sucediendo allí.
Todos habéis podido leer las cosas que he dicho tras mi viaje a Libia en julio pasado, ya que durante los meses siguientes estuve contando mis impresiones sobre ese país, su gente y sus circunstancias, así como mis impresiones sobre la Jamahiri, la República de las Masas, nombre que la Revolución liderada por Gadaffi da al país tal como se le entiende hoy. Y seguramente os estaréis preguntando como es posible que esa imágen haya derivado en lo que hoy estamos escuchando sobre ese país y su gente.
Yo también me lo pregunto, incesantemente, porque no dejo de preguntarme si vi un espejismo.
Pero repaso cada día de los que estuve allí, cada paseo, cada ida y venida de un sitio a otro, de día y de noche, incluso de madrugada, por el centro y en las afueras de Trípoli; las salidas a las ciudades de la zona con ruinas, y por lo tanto atracción turística. Sigo sin ver policía que me resultara más de la que se puede ver en cualquier ciudad española; sólo vi soldados a las puertas de un cuartel en Trípoli, su lugar habitual en cualquier país. La gente no parecía ni feliz ni infeliz, era como si todo fluyera de forma natural; las compras en el mercado, la gente en las plazas, la concentración de gente en la Plaza Verde, tendida en el cesped, disfrutando de la caída del sol; la gente en la playa por la noche... Viajé en el avión de ida con el hermano de uno de los trabajadores españoles que posiblemente ahora se está repatriando, que refería normalidad, progreso según su punto de vista de médico residente en USA.
Nada de eso parecía presagiar la tensión que desemboca en la muerte y el fratricidio siete meses después. Y no me cabe duda de que están pasando cosas graves, porque aunque la web de la Academia de Pensamiento funciona, no contestan a mis mails y tampoco al móvil. Pero tampoco me cabe duda de que algo que no es como me lo cuentan se está desarrollando en el Maghreb en el último mes. La caída del muro fue algo que sucedió un día concreto, pero la cosa llevaba años fraguándose, con la llegada de la Perestroika, con Gorbachov, con la puesta en cuestión de todos los líderes comunistas... Pero esto ha pasado de la noche a la mañana. En un mes está a punto de cambiar todo el esquema geoestratégico de una de las zonas más complicadas del mundo, con grandes implicaciones en el gas, el pretroleo, el agua, la inmigración, la frontera con Israel,...
Libia me duele, pero el conjunto me aterra. De la inicial alegría por lo que podía ser una revolución social,... a la incertidumbre.

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