Revista Decoración
¿Os acordáis de aquel dormitorio que os mostré hace tiempo con un cabecero realizado estampando una patata? Al igual que en su día me pareció un recurso fantástico para un dormitorio de matrimonio, esta vez lo encuentro igualmente ideal para la habitación de los peques. Aunque en realidad se trata de un papel pintado, podéis lograr el mismo resultado realizándolo vosotros mismos con pintura negra y una patata.
Un dormitorio increíble, el lugar perfecto para dormir, jugar, leer y divertirse, con diferentes espacios para cada actividad en una misma habitación, delimitados por el mobiliario destinado a cada una de ellas.
Visualmente su composición de colores tiene un gran atractivo, con estampados gráficos en blanco y negro y sutiles pinceladas en azul intenso y amarillo tanto en juguetes como en accesorios.
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