Revista En Masculino

Un duro por una idea

Por Hatter @LaSombrereria

Hoy es uno de esos días en los que pierdo un poco el norte y decido cambiar el tema del blog, o quizás no.
Hoy hablaremos de innovación, que en un principio poco tiene que ver con los Sombreros podríamos pensar, pero la innovación también en este tema es fundamental.
Según mi modesto punto de vista, innovar es crear o variar procesos para mejorar resultados, ya sea en calidad, diseño, tiempo de fabricación, etc. Una búsqueda continua que debe afectar a todos los aspectos de la empresa e incluso de la vida de las personas. Decimos que una persona es muy innovadora cuando se toma la vida de una forma diferente, y está inmersa de manera continua en nuevos proyectos y en la reflexión sobre la mejora de los métodos actuales.
En los últimos años hemos tenido la suerte de que nos califiquen como un comercio innovador, que ha sabido mejorar los procesos de atención y gestión de un negocio tan clásico como una Sombrerería. Si son lectores habituales del blog sabrán que gracias a ello hemos obtenido varios reconocimientos, y puesto de ejemplo en diferentes foros sobre modernización e innovación.
La etiqueta de innovador es algo que personalmente me gusta, ya que implica que el negocio no está parado y que de forma continua nos planteamos nuevos proyectos y metas, que no siempre dan resultados positivos, pero de esto también se aprende.

Un duro por una idea

Una persona innovadora siempre debe estar dispuesta a varias cosas. En primer lugar al fracaso, y ser capaz de verlo como una nueva oportunidad para lograr el objetivo marcado. A la imitación, una satisfacción que reafirma que el método empleado no solamente es bueno, sino que también es válido para otros. Y por último a la observación continua, buscando esa mejora, diferenciación, o pequeña variación que pueda hacer tu negocio un poco mejor.
Una batalla que te hace estar atento y en constante observación, y por supuesto en proceso de mejora.
Aunque el término innovación parece estar muy de moda, es tan antiguo como la historia de la humanidad, cualquier invento, descubrimiento fue innovación, descubrir y cambiar para mejorar.
Pero no solo la innovación está en el mundo de la empresa, en el hogar, en la enseñanza, etc. Cualquier idea puede ser buena y además si tiene un fin social puede ayudar a mucha gente.
El artículo de hoy viene motivado por una casualidad, por un lado un evento sobre innovación al que acudiré esta semana donde hablaremos y debatiremos sobre nuevas ideas en el campo del emprendedor y el conocimiento colaborativo, una reunión que creo será muy interesante.
Y por otro lado y de forma casual encontré un artículo titulado “Un duro por una idea” de la revista “El hogar y la moda” publicada en el año 1926, innovación pura y dura de casi hace un siglo.

Un duro por una idea

Por lo que he podido descubrir, se trataba de una sección de la revista donde se premiaba a los lectores con un duro (5 pesetas, o lo que es lo mismo 0,03 €, aclaración para los lectores más jóvenes) las ideas más originales para el “ama de casa”. Consejos e ideas que tuvieran utilidad para mejorar la vida en el hogar… o sea innovación pura y dura, pero en esta ocasión a modo de concurso y remunerada. Un importante premio si pensamos que la revista tenía un precio de 40 céntimos de peseta.
Entre las ideas de este número se encontraban: un método para rotular paquetes, cómo aprovechar las cuchillas Gillette o un método rápido para estirar un pantalón, entre otros, ideas innovadoras que podían hacer más llevadero el trabajo en la casa, sobre todo esta última.

Bueno, ya ven, hoy le tocó el turno a la innovación, no todo va a ser hablar de sombreros….

Visto en: El Hogar y la Moda – 1926


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