Ya sé que aquí hay también algunos alcaldes de cuidado. Pero no, no me voy a referir ni a los corruptos de la comunidad de Madrid o de Cataluña o de otros sitios, ni a los alcaldes de Vic o de Torrejón, que ya sabemos de que pie cojean.
Hoy me voy a ir,
ni más ni menos que a Moscú. Esa ciudad que fue la capital del fracasado Imperio Soviético y hoy es la capital de mayor desigualdad social en Europa.Y es que además de contar con una mafia de primera magnitud, de los millonarios más extrafalarios del continente –si salvamos a Berlusconi y pocos más—, de la ciudad con mas ricos y mendigos de la vieja Europa, tiene un alcalde que es un energúmeno. Se llama Yuri Luzhkov.
Tal cual, porque ¿Cómo se puede calificar a un alcalde que tilda los desfiles de homosexuales de actos satánicos ? ¿Qué se puede decir de un individuo que cree que esta sociedad necesita un “palo social” y llama lacra social a la homosexualidad comparándola con la xenofobia y la drogadicción? ¿Cómo es posible declarar que como la sociedad es moralmente saludable no puede acoger a estos maricas? o simplemente, que corren el peligro de ser asesinados porque hay cristianos radicales que consideran estas manifestaciones demoniacas.
Esta joya está al frente de una de las capitales más importantes del mundo. Este torquemada homófobo de tres al cuarto, alcade decimonónico, es un beato ortodoxo que ha sido premiado por su devoción. Preside ritos litúrgicos ortodoxos como alcalde pero no es capaz de soportar que haya homosexuales en su ciudad y se manifiesten. Este año ha prohibido el desfile gay. El Tribunal europeo de derechos humanos de Estrasburgo debe decidir sobre esta prohibición y ha pedido al alcalde moscovita que le dé las razones por las cuales ha vetado el acto.
Esperemos que desde Estrasburgo se ponga orden y se permita una manifestación pacífica que sólo puede molestar a los homófobos que no admiten la realidad y que quieren imponer sus creencias falsarias.
Salud y República