Contemplar con nuestros ojos como el mundo se mueve es sentirse por un momento un ser minúsculo en el espacio que nos rodea. Sin embargo, sentirnos vivos y útiles es algo con lo que todo ser humano sueña: crecer, disfrutar de una buena infancia, tener un buen empleo, comprar una casa o un coche, formar una familia y llegar a la jubilación en las mejores condiciones de salud y de dinero.
Desafortunadamente, a veces esas realidades en las que vivimos sufren cambios por distintas causas, y que hacen cambiar el curso de nuestra realidad y zona de confort.
Sobre ellas debemos centrarnos en terminar ese momento de nuestra vida para iniciar uno nuevo que nos embarcará en una nueva ilusión y en un nuevo horizonte que se abre ante nosotros.Ser positivo y mirar al mundo desde nuestra pequeñez nos hará grandes y nos dará ese espacio de Humanidad que hasta ahora era irreconocible para la mayoría. Reconocer cómo el mundo no gira en torno a nosotros, sino que nosotros formamos parte de ese giro y que con nuestro movimiento lo hacemos posible, nos dará la fuerza suficiente para comprender que el valor de la humanidad existe en cada de uno de nosotros.La Humanidad hace acto de presencia dónde y con quien menos te lo esperas. La fe crece en sí misma y es tan cierta que nos proyecta en una mejora constante, dulcificando nuestra existencia en que cada día va a ser un día mejor que el anterior, mirando la vida desde el optimismo, sintiendo un mundo armonioso que, y por qué no decirlo, con cierta inocencia, creer firmemente que no tenemos fecha de caducidad.Los actos de dura crueldad que se suceden en nuestra existencia pueden afectarnos directa o indirectamente. Pero uno se detiene a pensar en ellos desde la distancia y observa, con cierto grado de satisfacción, cómo caemos y nos levantamos; cómo soportamos el aprendizaje continuo de la vida; y cómo aprendemos de nuestro prójimo el significado de la justicia, de la honestidad, de la amabilidad y del sentimiento de familia y compañerismo.Esta capacidad que tenemos los humanos, nos permite afortunadamente, ser capaces de conseguir adaptarnos a aquellas situaciones en donde podemos pasar del enfrentamiento a la avenencia y conseguir con ello una ansiada normalidad.Para muchos el concepto de Familia es todo aquello que amas y que no necesita de unión por lazos de sangre, pero que comparte los mismos principios éticos y morales. Construir entre todos esos principios y reflejarlos en nuestro ser es avanzar hacia un mundo mejor, sin rencores ni envidias, dentro de los vaivenes de la existencia.Llegará el día que habrá que dar cuentas de lo vivido, y sabremos cuan honestos o deshonestos con los demás hemos sido en el trayecto de nuestras vidas.En ese “juicio” sabremos si donde creímos ser coherentes fuimos meras marionetas de un mundo manejado por otros, o si, por el contrario, cómo supimos capear a quienes se creían dueños del mundo, y los dejamos atrás, siguiendo nosotros con nuestro legado de sabiduría y principios.Dejemos atrás ese mal que siempre acecha individualmente a cada uno, y alimentemos nuestros sueños, dónde nos sentimos protagonistas en cada amanecer.