Hace unos meses os mostrábamos el escritorio de patas de lenteja que habíamos terminado, compañero de una silla del mismo estilo. Pues bien, el conjunto, destinado al dormitorio de una adolescente, se completaba con este espejo de cuerpo entero.
Normalmente, cuando tenemos varios trabajos entre manos, cada una de pone con uno, y así avanzamos más rápidamente. Sin embargo, raro es el proyecto que, en algún momento, no "ataquemos" las dos al unísono...
La dueña del espejo quería que sacáramos, con la lija, algún detalle de la pintura dorada original. Lo intentamos, pero esa capa era tan fina y frágil, que solo conseguíamos que se viera el color rojo inglés que la sustentaba. Así que, optamos por dar ligeros toques dorados con el pincel muy escurrido, en las cuatro esquinas...,
..., y parece que esta solución gustó a su propietaria.
Con el color beige hemos conseguido actualizar un espejo de corte clásico, perteneciente a la abuela de esta chica...,
..., concediéndole muchos más años de uso, a mano de nuevas generaciones.
¡Esta es la magia de la reutilización y redecoración de los objetos!
¡FELIZ FIN DE SEMANA!