Revista Decoración
Me encantan los lofts y me gusta especialmente la estética tan particular de los lofts neoyorquinos, con esa atmósfera industrial, con la pátina de su pasado mostrándose orgullosa en sus paredes, en sus techos..., me hacen transportarme a la ciudad de los rascacielos y sentir el bullicio de sus calles y su vida agitada. Tengo que reconocerlo: ¡soy un urbanita sin remedio!
Pues bien, he encontrado un loft que cumple (casi) a la perfección con las características de los de NY, y remarco "casi" porque le faltarían esas paredes de ladrillo visto que los hace tan especiales. Se trata de un antiguo almacén de alfombras, con más de 100 años, en pleno centro de Barcelona, que ha intentado guardar la memoria de su pasado industrial, a través de toques industriales en la decoración.
Techos altísimos (4 metros), grandes ventanales de guiilotina divididos en cuarterones, columnas de hierro forjado hasta el techo, vigas de madera a la vista (ahora pintadas de blanco) rememoran, como decía, la vida industrial anterior del espacio. A ello habría que sumar una sabia conjunción de mobiliario, compuesto por piezas antiguas y modernas.
¿Lo que más me gusta? Los grandes ventanales y piezas de mobiliario como las sillas de la biblioteca o la vitrina de consulta de médico, en el baño. ¿Y a vosotros?
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