Revista Opinión
Fotografía web ministerio de agricultura Friedrich August von Hayek célebre filósofo y economista austriaco acuñaba en 1946 con ímpetu su discurso sobre la necesidad de que el aparato estatal fuera de mínimo tamaño, como consecuencia de la devastación que el totalitarismo del tercer Reich había instituido en Europa, y gracias a esta manifestación acorde con los planteamientos de Adam Smith fue invitado a enseñar en Chicago en donde se estableció hasta 1962, siendo padre fundador del neoliberalismo económico; esta introducción nos lleva a cuestionarnos a partir de la cantidad de equivocaciones legales y errores administrativos que se han expuesto, gracias a las peticiones del sector agropecuario de Colombia que además afectan a otros renglones de la economía, si es realmente eficiente, transparente y organizada la administración pública del país y qué sucedería si elimináramos muchas de estas instituciones públicas y las reemplazáramos por organizaciones privadas, que según la teoría neoliberal deberían tener mayor eficiencia.
Para plantear la discusión debo describir los síntomas más graves que la ineficaz actitud de los ministerios e institutos encargados han reflejado, permitiendo a los promotores de las protestas a convocar y adicionar a miles de ciudadanos a lo largo y ancho del país.
Las principales reclamaciones llegan por cuenta de la errática o inoperante política agropecuaria del país, en donde el ministerio encargado y sus instituciones asociadas como el ICA, el INCODER, el banco Agrario, el fondo para el financiamiento del sector agropecuario FINAGRO y CORPOICA no han desempeñado de manera adecuada sus competencias.
Pero de otro lado la estabilización de la política de precios de los combustibles a cargo del ministerio del ramo y la rehabilitación de la inoperante red de caminos y carreteras secundarias y terciarias que son competencia de INVIAS, son las otras dos grandes exigencias que realizan impulsores y coadjutores de las protestas.
Y de estas dos premisas se derivan afectaciones a otros renglones de la actividad económica como son el gremio del transporte de carga intensamente afectado por el excesivo costo de los combustibles, el del transporte público masivo en las grandes ciudades y el transporte particular que suple las deficiencias del servicio público, afectando el turismo regional y el bolsillo de todos los ciudadanos.
¿Pero sustituir a Ecopetrol o al banco Agrario, al INCODER a INVIAS o a FINAGRO y demás instituciones implicadas, con cambios estructurales para convertirlas de publicas a privadas realmente eliminaría la deficiente administración y recuperaría con diligencia los resultados óptimos que todos esperamos?
Con vista en las declaraciones insulsas y provistas de cinismo por parte del ministro de minas y del presidente de la estatal petrolera, que repiten un discurso copiado desde hace al menos una década, cargada de justificaciones parcializadas de los que se destacan la empecinada oposición a disminuir los precios de los combustibles entre un 15% a 20% basando esta justificación en la pérdida de capacidad de inversión en exploración aunque la empresa ahora está enfocada a otras actividades menos riesgosas en el negocio de hidrocarburos, dejando en manos de multinacionales el trabajo de exploración que gracias a las políticas de confianza inversionista ha despertado un mayor interés por esta actividad, en donde las ganancias para las empresas que obtienen resultados favorables ascienden al 42% y con esta información que se puede reflexionar de de la siguiente proposición.
Con utilidades de 6.8 billones de pesos para el primer semestre del 2013 surge la gran duda, si Ecopetrol no podrá socializar algo de estas utilidades disminuyendo el valor del combustible en el país. Ahora si la estatal petrolera no socializa ni un mínimo de estas grandes utilidades, que podríamos esperar de un privado cuya único interés son las ganancias corporativas, mas no los problemas económicos de una sociedad.
Ahora imaginemos si existirían compañías privadas dispuestas a construir o restaurar vías secundarias y terciarias por concesión, cuando el retorno de la inversión requeriría de décadas de actividad para un adjudicatario de esta negociación lo que no resulta llamativo para los inversionistas privados.
De igual manera sustituir a los ineficientes ICA, INCODER, CORPOICA, FINAGRO por instituciones privadas, no resuelve el problema de fondo que es la inexistencia de planes y acciones consecuentes con la nueva estructura económica del libre comercio internacional.
Lo que se requiere es de nombrar ejecutivos coherentes y conocedores de la problemática agropecuaria y del atraso en infraestructura y tecnología que presenta en general la nación, para que así se tomen las medidas pertinentes como otorgar precios de sustentación, salvaguardas a importación de productos, control al contrabando, adiestramiento técnico intensivo, distribución continua de pesticidas y abonos subsidiados, mas tecnificación mecánica hasta que se logre lentamente llevar al sector a niveles de productividad y competencia con los países desarrollados, o de otra manera continuaremos abocados a nuevos enfrentamientos y violencia generalizada.
Ojalá el ejecutivo nacional entienda la lectura que dejan estos días de violencia general, que son la muestra del cansancio de una población sumisa que está llegando paulatinamente al límite de la tolerancia.
La muestra de este comportamiento se comprende al observar como incidentes menores terminan convertidos en asonadas como ha ocurrido en la Unión Valle o en Florencia Caquetá, así que señores ejecutivos del sector gobierno a tomar decisiones y acciones audaces y creativas o lamentaremos hechos cargados de más ferocidad.