Nuestra amiga Mª José quería una pequeña estantería para colocar sus plantas. En el taller tenemos dos, aún sin decorar, pero las medidas no le cuadraban. Entonces nos acordamos de esta turquesa que se adecuaba al hueco a la perfección, aunque tenía el inconveniente del color, pues tenía que ser blanca.
Pero...¿¡qué inconveniente es ese para nosotras!? Le propusimos a Mª José un ligero decapado que dejara a la vista el turquesa en zonas de roce, y nos dijo que adelante. Con la vela como aliada, comenzamos a trabajar con la siguiente pauta: vela, pintura blanca y ligero lijado, que repetimos hasta tres veces.
La cera, como ya sabréis, impide que la pintura se adhiera demasiado, y luego es fácil de retirar con una lija suave
Así conseguimos conservar el color inicial, mientras el resto de la estantería luce blanca, blanquísima, tal y como quería nuestra amiga.
A la espera de entregársela, hemos hecho un pequeño simulacro con nuestras plantas.
Por supuesto, la estantería va completamente barnizada, con varias capas en el sobre, que es el que va a soportar el ajetreo del cuidado de la vegetación.
Seguro que Mª José crea un rincón precioso, pues tiene lo que conocemos por "mano verde", y todo a su alrededor florece y se reproduce...
De hecho, nos ha plantado una matita de la flor del dinero a cada una, que estamos deseando tener en nuestras casas...
..., y que prometemos cuidar con mucho mimo.
Y con este post tan verde y natural nos vamos a casa de Marcela que, tras unas merecidas vacaciones, retoma hoy los Findes Frugales. ¿Nos acompañáis?
¡FELIZ FIN DE SEMANA!