Revista Ciclismo

Un exabrupto ciclista

Por Carlosr

Un exabrupto ciclista

Bicirrelato Un exabrupto ciclista – Desde Gijón y en Bicicleta

" data-orig-size="1000,563" sizes="(max-width: 584px) 100vw, 584px" data-image-title="Unexabruptociclista" data-orig-file="https://gijonenbici.files.wordpress.com/2020/04/unexabruptociclista.jpg" data-image-meta="{"aperture":"0","credit":"","camera":"","caption":"","created_timestamp":"0","copyright":"","focal_length":"0","iso":"0","shutter_speed":"0","title":"","orientation":"0"}" width="584" data-medium-file="https://gijonenbici.files.wordpress.com/2020/04/unexabruptociclista.jpg?w=400" data-permalink="https://gijonenbici.wordpress.com/2020/04/09/un-exabrupto-ciclista/unexabruptociclista/" alt="Ilustración de la pipa "Aromat Kalabashnikova M.1943" para el Bicirrelato Un exabrupto ciclista - Desde Gijón y en Bicicleta" height="329" srcset="https://gijonenbici.files.wordpress.com/2020/04/unexabruptociclista.jpg?w=584&h;=329 584w, https://gijonenbici.files.wordpress.com/2020/04/unexabruptociclista.jpg?w=150&h;=84 150w, https://gijonenbici.files.wordpress.com/2020/04/unexabruptociclista.jpg?w=400&h;=225 400w, https://gijonenbici.files.wordpress.com/2020/04/unexabruptociclista.jpg?w=768&h;=432 768w, https://gijonenbici.files.wordpress.com/2020/04/unexabruptociclista.jpg 1000w" class="aligncenter size-full wp-image-6125" data-large-file="https://gijonenbici.files.wordpress.com/2020/04/unexabruptociclista.jpg?w=584" />Cuando la Quinta Crisis Financiera Global y sus catastróficos efectos sociales arreciaban a finales del 2051, el gobierno de España Suma ordenó el confinamiento general sine die por el bien de las buenas gentes. La juvenil, industriosa e impulsiva sexagenaria Indira vivía un sinvivir por no poder hacer su diaria salida en bicicleta hacia el alto de La Providencia y vuelta, bajando el Infanzón hacia la playa. Una parte de su vida diaria, a la que atribuía por completo su salud de hierro, había quedado de golpe cercenada.

La limitación de los movimientos manu militari, el control de las comunicaciones y la deriva liberticida angustiaban a esta veterana libertaria pero la prohibición del uso recreativo de la bicicleta la ponía literalmente enferma de rabia. Indira no lo podía entender, simplemente.

Una mañana, se despertó desorientada por la falta de actividad al aire libre y airada como nunca. Leyó en Rebelión News las noticias de detenciones, multas y hostigamiento a miles de personas que iban en bici a hacer las compras, al trabajo, a la farmacia o a visitar a parientes enfermos. Estaba sucediendo por todo el país. No pudo más. Sin saber muy bien el porqué – hacer un experimento social, provocar o poner fin a sus días de aislada parálisis – se lanzó a escribir sistemáticamente en todas las redes sociales y medios de comunicación digital la siguiente frase:

“esta tarde me lo voy a pasar BOMBA con la bici RODEANDO EL CONGRESO varias veces”

Cuando terminó esta frenética diseminación, ya calmada, Indira se sirvió una copita de vino tinto semidulce georgiano y se sentó en la silla Bonet a cuyo costado descansaba su bicicleta. Encendió su pipa mirando melancólica la vieja Colnago de su padre que hubiera pertenecido a Iñaki Gastón en la temporada 1993 en el CLAS Cajastur. Entre las volutas de humo que salían de la Aromat Kalabashnikova empezó a elucubrar cuales podrían ser las consecuencias de aquel “arrebato comunicativo”,

  1. ¿Sería inmediatamente detenida, tras una “eficacísima” operación policial, acusada de un delito de sedición anti-confinamiento y apología de la libre circulación de personas?
  2. ¿Sería inmediatamente detenida, parte de una “extraordinaria” operación policial, acusada de tenencia de 10 kilogramos de explosivos marca Colnago CLAS y tentativa de estragos?
  3. ¿Sería acusada de ambas cosas y, como colofón a una “brillante” orden del Fiscal General de la Suma, terminaría acusada de un delito de terrorismo?

O quizás estaba exagerando y no le iba a pasar nada de nada. Pensó que, a buen seguro, los agentes de la Suma Policía del Pensamiento estarían ocupados persiguiendo cualquier otra conducta antisocial como salir a la tienda a comprar cerveza y encurtidos. Y ella sabía que esos freaks justicieros con carnet de periodista se hallarían demasiado drogados para haber leído su críptica amenaza.

Entonces oyó carreras en la escalera y cómo golpeaban su puerta. Tomó un sorbo de vino, dio una bocanada a la pipa y acarició su bici. Mientras los golpes y los gritos arreciaban, rememoró sus primeros enfrentamientos con la policía con 22 años durante las luchas del 15M y, sin levantarse del sillón, se repitió la frase de Bernard Hinault que había sido el lema de Indira en su vida: “Mientras respire, ataco”.

ó

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