Un lince con collar
UN FELINO EN GRAVE PELIGRO, EL LINCE IBÉRICO
Decir que el lince ibérico (Lynx Pardinus) está en grave peligro de extinción no es suficiente. Fue declarado especie protegida en 1966 y recalificado en 2002 cuando pasó a ser especie en peligro crítico (UICN, 2002). Solía considerárselo como una subespecie del lince europeo (Lynx Lynx), pero ahora está clasificado como especie propia y se cree que desciende del Lynx issiodorensis.
Cartel en Castilla-La Mancha
Actualmente, los núcleos mejor conservados se limitan a Sierra Morena Oriental, Montes de Toledo Orientales y Doñana. También hay poblaciones reducidas en Sierra de San Pedro y Sierra de Gata, Sierra Morena Central y Occidental, y algunos puntos de la Sierra Bética de Jaén y Granada.
La población del lince ibérico ha disminuido un 80% en los últimos 20 años. Se estima que en 1960 aún quedaban 4.000 individuos en la península ibérica; unos 400 en 2000 y menos de 200 en 2002, y solo 100 en marzo de 2005. En 2007 se descubrieron 15 individuos hasta entonces no registrados en Castilla-La Mancha. En 2008, la población de Doñana era de 33 individuos, y el grupo de Sierra Morena se estimaba en un máximo de 190 adultos. Sin embargo, la población de linces en Andalucía en 2013, que solo era de 94 individuos en 2002, había pasado a 309, y en julio de ese mismo año se confirmó la presencia de crías nacidas en libertad en la provincia de Cáceres. En noviembre de 2014 se soltaron ocho linces en la provincia de Toledo y uno de ellos fue avistado cerca de la Comunidad de Madrid, el primero en 40 años. En diciembre de 2014, una pareja de linces se soltó en Mértola, Portugal, en el valle del Guadiana, y otra en febrero de 2015. Desgraciadamente, la hembra de esta segunda pareja murió envenenada en 12 de marzo de 2015.
Madre y cría
Lince hembra, Sierra de Andújar (Jaén)
El lince ha ido perdiendo territorio debido generalmente a las infraestructuras humanas, y las poblaciones se han separando paulatinamente hasta llegar a estar totalmente incomunicadas, fragmentadas y aisladas por barreras de distintos tipos que impiden el intercambio genético entre poblaciones.
Reintroducción de un lince ibérico en los montes de Toledo
Suelta de un lince en Aznalcázar (Sevilla)
Además de la fragmentación de las poblaciones, se enfrenta a otros problemas, como el descenso del número de conejos por enfermedades (mixomatosis o neumonía hemorrágico-vírica); la pérdida de su hábitat, típicamente zonas de cobertura vegetal densa y baja densidad humana, al que han afectado también las repoblaciones con especies vegetales de crecimiento rápido (pino, eucalipto) que evitan la proliferación de matorral; así como la ganadería intensiva con la consiguiente sobreexplotación del estrato herbáceo, que limita las poblaciones de conejos, y finalmente, la caza indirecta y los métodos no selectivos de caza, como los cepos y lazos.
El lince ibérico es el único carnívoro cuya dieta podría basarse exclusivamente en conejos. Esta especie le aporta del 80 al 90% de su alimentación. También consume anátidas, ungulados, micromamíferos, perdices y otras aves según la época del año, de la disponibilidad de presas y de la zona.
El lince es un animal de actividad fundamentalmente crepuscular y nocturna, aun cuando durante el invierno aumentan sus hábitos diurnos. Es un animal solitario, excepto en las épocas de cría y celo. No suele compartir el alimento si no es con las crías. El macho no coopera en la cría de los recién nacidos, desentendiéndose de la hembra tras el celo.En Doñana se ha estimado el área de campeo del lince en torno a los 10,3 kilómetros cuadrados para los machos y los 8,7 para las hembras. Después de separarse de la madre, los jóvenes se establecen en una zona a unos 11 kilómetros de media del área natural donde nacieron, pero se han constatado dispersiones de varios cientos de kilómetros.
Los linces miden entre 85 y 110 centímetros, sin incluir la cola, que oscila entre 8 y 15 centímetros. Los machos pesan de 12 a 14 kilos (excepcionalmente 18 kilos), y las hembras entre 9 y 15 kilos. En libertad, la edad máxima conocida es de 13 años.
El celo comienza en enero o principios de febrero. La gestación dura de 63 a 73 días y la hembra da a luz a tres o cuatro cachorros en cuevas o troncos huecos de viejos árboles. Los linces nacen totalmente indefensos y la madre no se separa de ellos durante los tres primeros días. A las cuatro semanas aproximadamente los cambia de guarida y a los dos meses los cachorros son capaces de acompañar a la madre.
El lince ibérico solo puede observarse en el zoobotánico de Jerez (ver enlace) y, desde diciembre de 2014, en el zoo de Lisboa. En este último caso se trata de una pareja que ya no puede formar parte del programa de reproducción porque la hembra ha tenido varios embarazos fallidos y el macho sufre de epilepsia.
Incluimos algunos enlaces que pueden resultarles interesantes: http://sevilla.abc.es/andalucia/cadiz/20140409/sevi-muere-primer-lince-iberico-201404091752.html
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2014/07/16/actualidad/1405524578_762402.html
http://esmateria.com/2012/12/31/hay-mas-linces-ibericos-disecados-o-convertidos-en-alfombras-que-vivos/