En él encontramos ahora a un autor más sosegado, que apela con frecuencia a los recuerdos pero que sabe también lo que es el miedo, ese enemigo que a veces cuelga de nuestro cuello como la correa de un perro extraviado. Ese miedo que no impide vivir, pero que aparece reflejado en los versos con todo su equipaje de ilusiones y fracasos, ese equipaje que se vuelve sólida roca y que a diario empuja el moderno Sísifo, ciego también como el fotógrafo ente la monótona repetición de su destino.
Reniega a veces el poeta de los héroes, y se hace mil preguntas en poemas como ‘Tarde de domingo’, acaso el momento moderno de la nostalgia, hasta que él mismo, como cualquiera de nosotros, se encuentra saludando al hombre viejo que nos mira desde el interior de los espejos. En estos tiempos excesivamente prácticos necesitamos versos en los que volver a encontrarnos con el fondo de un verano o la playa de la infancia, donde las cuentas no se ajustaban hasta la siguiente noche, y donde al mar se le llamaba de usted por todo lo que había contemplado durante siglos.Versos hondos, serios, necesarios a veces para entender nuestros propios destinos y no empujar más piedras a ciegas por las laderas de la monotonía.Un fotógrafo ciego. Juan de Dios García.Editorial Balduque. Cartagena 2017. 56 págs. 10 euros.(ABABOL, "LA VERDAD", 22/4/2017)Revista Cultura y Ocio
De la nostalgia‘Solamente soy un hombre del sur. / Hay oleaje en mi taza de café’. Es una de las imágenes con las que el poeta Juan de Dios García se retrata a sí mismo en este poemario, galardonado con la humildad del hombre que mira y siente, que se empapa de la realidad que lo rodea para después convertirla en poesía, en versos que son lanzados hacia el lector como en botellas náufragas ávidas de cariño, y que llegan a buen puerto a poco que uno se siente con tranquilidad y abra las páginas de este libro.