Un fuerte aplauso al programa “Caiga quien caiga” por sacar hace años al estrellato a una pésima ministra de Educación que hoy es un monstruo político en el peor de los sentidos. Gracias de corazón a los chicos encorbatados del Gran Wyoming, que se mofaron hasta la saciedad de una mujer de altos vuelos y mediocres formas, que ha puesto patas arriba al PP, un partido que increíblemente siempre calla sus excesos y le ampara. Desde el vergonzoso mercadeo del tamayazo hasta la huida policiaca en Gran Vía, pasando por sus constantes salidas de tono mediáticas, tenemos a Esperanza Aguirre hasta en la sopa. Si difícil fue soportar desde provincias esa permanente campaña madrileña del reciente 24-M, ahora tenemos que tragarnos el último tostón conspiranoico de Esperanza para frenar a los marxistas leninistas de Podemos y sus secuaces que, según ella, “han venido a romper España”. En fin… Su última ocurrencia es querer montar a la desesperada un “gobierno de concentración” en Madrid para amarrar su cuota de poder, que es lo único que le importa.
Gracias de corazón a “Caiga quien caiga”. Me acuerdo siempre de ellos y de sus gracietas cuando veo a la lideresa salivar ante un micrófono y mamonear a todo el que le lleve la contraria. Guau.
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