Así que el señor Lysons ha prometido ser buen vecino y no volverá a fumar bajo pena de 2.000$ cada vez que le pillen fumando, dinero que tendrá que pagar antes de 15 días o recibirá una sanción adicional de 1.500$ extras.
Viéndolo de otro modo, es mejor arriesgarse a tener que pagar 2.000$ si te pillan que no hacer frente a los 2 millones que te demandaba la comunidad por hacerles respirar humos nocivos.
Si, lo sé. Estarás preguntándote que cómo harán para saber si está fumando en su apartamento. En un país civilizado sería suficiente con instalar una alarma de humos, pero claro, estamos hablando de EE.UU. donde los talibanes antitabaco están para encerrarlos en un manicomio. Así que para controlar que no fume en su domicilio le harán pruebas de olor, entrando por sorpresa en su casa y oliendo el aire de los dormitorios en busca de rastro de tabaco. La noticia es surrealista, lo sé.
Otro ejemplo más de lo complicado que resulta delimitar los derechos y libertades de cada individuo. Mi libertad termina donde comienza la del otro, pero hasta qué punto es eso siempre así?