La situación de España sigue empeorando y es lícito esperar que la actual legislatura sea un infierno para el bien común, la decencia y la justicia en esta España podrida por el sanchismo, que es la degradación suprema de un socialismo que ya estaba degradado. A los demócratas y a los españoles de bien nos quedan por librar muchas batallas contra Sánchez y las alimañas que le sostienen y le ayudan en la sucia tarea de destruir la España libre y constitucional. El entramado antiespañol que construye Sánchez se fortalece y consolida cada día más. Ahora ha logrado que los destinos de España no se decidan en el Congreso, ni siquiera en la Moncloa, sino en el corazón de Europa, en unas conversaciones con Puigdemont reguladas por unos intermediarios desconocidos y con guión y debate secreto. El socialismo español se ha pasado con armas y bagajes al enemigo y ya no forma parte del bloque democrático y constitucional. El PSOE está sobrepasando en bajeza a sus socios, los comunistas, los pro etarras y los golpistas que odian a España. En la práctica, el socialismo español se ha integrado en la chusma española que vive de la rapiña y del odio y en la bazofia internacional desestabilizadora y corruptora del mundo. El viejo Federico Jiménez Losantos acaba de decir una gran verdad: España va camino de convertirse en una república bolivariana. Para nuestra desgracia, en ese tránsito hacia la ignominia los españoles demócratas y de bien estamos sólos, sin que nuestros próceres, poderes y principales instituciones nos defiendan. Sánchez tendrá que pagar un día por sus desmanes, pero el sátrapa está logrando que en la hora de la verdad no esté él sólo en el banquillo de los acusados porque a su lado estarán también aquellos personajes notables y encumbrados en el poder que tenían el deber de defender a España y la dejaron en la estacada, permitiendo los desmanes y abusos del sanchismo, esos que hoy van en coche oficial y con escolta, que han abandonado a España en manos de un ser indecente. Sánchez ha arrastrado al cieno de la Historia a gran parte de España, sobre todo a aquella parte que un día juró defender la patria y la Constitución y ahora esconde la cabeza, paralizada por el miedo. —-
A los españoles se nos impone un invierno duro, de reflexión y de resistencia porque los tiempos son adversos para nuestras creencias y valores. Con un poco de mala suerte, la lucha de los españoles contra la maldad y el abuso durará años, hasta que el poder maligno caiga.
La búsqueda desinteresada de la verdad, la honestidad y el trabajo es nuestra senda y nuestros compañeros de viaje son los muchos héroes que enlazan al pueblo español con las genuinas esencias de nuestra tradición, figuras ilustres de nuestro pasado como el Gran Capitán, Blas de Lezo y muchos otros.
No podemos escurrir el bulto en estos momentos de ignominia, los más sucios y peligrosos de nuestra Historia en siglos. Tenemos la obligación de resistir frente al sanchismo y salvaguardar los valores ante la ignorancia, la falsedad y el oportunismo político.
La Historia de España, como la de muchos países del mundo, está regida por la Ley del Péndulo, según la cual después de una época de indecencia y miseria llega una de florecimiento de los valores y de regeneración. El sanchismo caerá, como han caído en la Historia la esclavitud, el comunismo soviético, el colonialismo asesino y todas las doctrinas y poderes basados en la mentira y el engaño, que son suciedades sin futuro en la Historia humana.
Así que los seres decentes y honrados que quedan en España están llamados a la lucha y deben darse prisa para enrolarse en la resistencia, un movimiento que va a triunfar y en el que no deben faltar los auténticos españoles, aquellos que no se sienten a gusto en la pocilga de Sánchez y de su corte de enemigos de España, canallas, traidores y carentes de valores y principios.
Francisco Rubiales