Revista Sociedad

Un Gobierno que hace aguas

Publicado el 13 diciembre 2022 por Salva Colecha @salcofa

Cada vez que husmeo por ciertos periódicos me encuentro con la misma cantinela “! Este gobierno hace más aguas que el Titanic!” Para esta gente parece que esté todo mal, muy mal, puede que razón no les falte, pero de ahí a esa querencia rara que tienen algunos de sentarse en una silla de enea a ver arder el mundo se va bastante.
Pero, vamos a ver, ¿Qué esperabas de un Gobierno de coalición si ya empieza a oler a elecciones? Si, también creo que el Gobierno de un tiempo a esta parte da una impresión de ir cayéndose en pedazos. Puede que sean cosas mías o de que algún medio me haya contagiado esa imagen, pero eso de ir dándose puñaladas traperas entre los partidos de la coalición no es que ayude mucho. Imagina, si el espectáculo grotesco de auto-oposición que vemos a diario lo hacen en público no quiero ni pensar que será el Consejo de ministros, la imagen del domador de leones en la jaula seguramente quedará en nada. Personalmente no aceptaría ni una taza de café de mi compañero de mesa, no vaya a ser que sea pariente lejano de Lucrecia Borja y acabe guardadito en una caja de pino. Yo me imagino ya que la mesa del Consejo empezará a parecerse un poco a «La balsa de la Medusa», nada, cosas mías
¿Qué está pasando? Para que ahora todo sean prisas, carreras y anuncios grandilocuentes Pues oye, yo tengo mi propia teoría, verás; Seguro que entre cabezadita y cabezadita allá por el mes de Julio has visto alguna vez el Tour de Francia, pues bien, se produce una escapada y varios ciclistas se apoyan entre ellos para dar el hachazo, abrir hueco y dejase atrás al pelotón, a pesar de ser de distintos equipos o de ser rivales directos en la general, ¿verdad? Se ponen a dar pedales como locos, se van dando relevos y parecen tan amigos. Pero de repente llega un momento en el que todo cambia, empiezan a mirarse con malas caras y a pensar como deshacerse del otro, ese momento se vuelve más patente conforme va llegando el final de la etapa. Aparecen los intereses de cada uno, todos quieren ganar la etapa, reciben ordenes de sus directores para que el equipo se lleve la jornada y todo se rompe, empiezan las hostilidades y las estrategias. Pues igual va y lo que ocurre en nuestro Gobierno es justamente eso, se empieza a ver a lo lejos la línea de meta y claro, todos quieren ganar las elecciones. Así es que más no vale armarnos de paciencia porque el sprint final todavía no ha llegado.


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