Templo Calle El Carmen.
Santiago 2015
Templo Calle El Carmen.
Santiago 2015.
Las cosas que he conocido en Santiago me hacen reflexionar mucho mas sobre mi adorada y extrañada Venezuela. Reflexionar sobre la calidad y paridad que tenemos con las otras sociedades a nivel Americano. Inmerso en la idiosincrasia Venezolana, puede que llevando el ritmo acelerado al que estamos acostumbrados y en los vaivenes de las noticias, no atinamos a ubicarnos en tiempo y espacio para mas que ver, observar lo que ocurre a nuestro alrededor. La sociedad desenfrenada nos lleva a donde quiere sin que percibamos los cambios.
La corta comparación que hago es solo sobre mi experiencia y sin, en lo mas mínimo querer tocar las sensibilidades de los demás.
El Venezolano mas que radical, es un gran ser humano. Las circunstancias a las cuales su gobierno actual lo ha llevado es tal, que nos encontramos desaparecidos, sin valores y en gran medida sin ni siquiera darnos cuenta. El magnicidio intelectual parece un aparejo del modernismo, que junto con tablets y teléfonos inteligentes, vinieran la pérdida de valores y el respeto. Cada día que pasa, Venezuela se convierte en un recipiente lleno de personas inmorales, criminales sin contemplación y un sin fin de cultos y vicios.
Es palpable como la vida cotidiana del Venezolano se ha convertido en una constante búsqueda de mejorar. Que en otros tiempos eran diferentes metas: académicas o financieras. Las del hombre nuevo es meramente lo cotidiano. Nos convierten en rebaño y esclavos de un sistema y lo aceptamos. Aun sin darnos cuenta de lo que ocurre.
Lo peor de esta situación es que mientras unos pocos intentamos en otras tierras obtener lo que la nuestra no nos brindó. Nuestras familias están ahí, en esa tierra que amamos pero que no nos corresponde. Una tierra generosa pero que sus hijos no la han aprovechado. Esa tierra que a pesar de estar en el fin del mundo, uno la recuerda con añoranza. Menos mal que es bien sabido por todos que los gobiernos déspotas se acaban y de alguna manera nuestra sociedad resurgirá del adormecimiento moral.
Amigos Venezolanos.
Santiago 2015.
Saludos Cordiales.