Un grupo de “chavos banda” originarios de San Luis Potosí inicio una odisea hace poco más de un mes, buscando llevar el mensaje de paz y unidad a varios estados de México, en contra de la estigmatización de la imagen su cultura.
Sin apoyo alguno de las autoridades y de forma autogestiva, iniciaron una rodada a través de carretera partiendo del Jardín Principal de Soledad, para hacer su primer parada en Matehuala.
Con equipo incompleto, carencias económica y solo un vehículo de apoyo, no se dejaron vencer por los obstáculos que se les ha presentado. Al llegar a Satillo, fueron recibidos por la alcaldía, sin embargo denunciaron que en al menos tres ocasiones fueron objeto de violación de sus derechos humanos por el simple hecho de vestirse “cholo”. Comprobando así el estigma y la criminalización, así como la falta de criterio de las autoridades que buscan los sectores vulnerables para cometer abusos impunemente.
Otro de los problemas que se presentó apenas iniciado su viaje, fue la descompostura de su vehículo de apoyo, por lo que el colectivo Praxis Combativa, realizo actividades en San Luis Potosí para recaudar fondos y poder apoyar el proyecto.
Según relata Cesar, han sido bien recibidos por las pandillas de los lugares a los que han acudido, quienes les han brindado techo y comida, pero sobre todo se han interesado en el proyecto de reivindicación social y superación.
En una entrevista anterior Cesar denunció como los municipios de Soledad y San Luis Potosí, habían rechazado el brindarles ayuda e incluso denunciaron el robo de ideas como el solicitar pintura y espacios para la pinta de graffiti, actividad que ellos iniciaron para desahogar las inquietudes de los artistas callejeros.
También relataron como ellos consiguieron traer la paz momentánea a la colonia Arbolitos, pero las autoridades ausentes de buscar que los chavos bandas salgan de un ambiente de marginación y violencia, no atendieron a sus promesas.
La activista y estudiante de la maestría Derechos Humanos , Alejandra Juárez, denunció que en diversas colonias se violenta sistemáticamente los derechos humanos de los jóvenes, donde se aplican una especie de toque de queda en las calles, donde quien se encuentre en está es objeto del abuso de policías municipales y estatales quienes los golpean, humillan y quitan sus cosas. Incluso la Comisión Estatal de Derecho Humanos discrimina a los chicos banda al no atender con eficacia sus quejas. Alejandra señala que todo esto, sumado a una pobre política de inclusión de las autoridades propicia a que los jóvenes se vuelvan más violentos y acepten la estigmatización a la que la sociedad les ha condenado.
Cesar por otra parte señala que muchas veces los jóvenes buscan reivindicarse, pero este estigma les impide salir de sustitución ya que la discriminación por el uso de tatuajes es constante a pesar de una ley vigente, además que las autoridades no atienden sus quejas o búsqueda de ayudar.
Fotografías de Peff Feliz