Asghar Farhadi es el cineasta más occidental de Irán. Quizá por ello ha realizado incursiones fuera de sus fronteras como El pasado (2013, Francia) o Todos los saben (2018, España). Aunque estas sean sus obras menos conseguidas, hay en ellas un patente estilo donde el suspense más cotidiano se abalanza sobre los personajes, poniéndolos contra las cuerdas. Un estilo que vemos en su máximo exponente en Un héroe (2021).
Desapariciones, divorcios, encontronazos con la justicia iraní... Sus relatos siempre dibujan a una sociedad tensa que es encerrada en un laberinto de enredos y problemas que sumergen a los personajes en una sucesión de acontecimientos a cada cual más complejo. Su cine adquiere así matices de thriller que son aceptados por el público general de manera mucho más plausible que los dramas de cineastas como Abbas Kiarostami o Jafar Panahi.Todos hacen un retrato más o menos crítico de su país, pero Farhadi suele alejarse un poco para observar individualmente a sus protagonistas, creando dramas hábiles y narrativamente misteriosos. En este caso, Un héroe narra la historia de Rahim (Amir Jadidi) un hombre que está en la cárcel por una deuda que no ha podido reembolsar. Durante un permiso de dos días, trata de convencer a su acreedor para que retire su reclamación a cambio de un pago. Ha encontrado un bolso con monedas de oro, pero al recibir su negativa intenta devolverlo a su dueña con consecuencias inesperadas...
Farhadi habla del honor, la honestidad y el bien. También de la moralidad de una sociedad profundamente marcada por unos valores particulares y muy rígidos que acaban derivando hacia una conclusión casi tragicómica. La incisiva mirada queda patente y la película consigue transmitir la desesperanza de su personaje y las contradicciones de cada una de las acciones que le rodean a él y, sobre todo, de los que le rodean.Rahim devuelve el bolso a su dueña y es tratado como un héroe. Con ello consigue las alabanzas de todos los altos cargos de la cárcel y la justicia, así como de asociaciones benéficas que consiguen dinero para saldar su deuda y sacarle de la cárcel. A partir de ahí, todo son complicaciones con su pasado y con los estamentos sociales y políticos. Rahim pasa de villano a héroe y de héroe a villano. Recuerda, de algún modo, a la última cinta de Laurent Cantet, Arthur Rambo, vista en el 69SSIFF, donde las redes sociales también juegan un papel determinante sobre la imagen que del protagonista tiene la sociedad.
En toda esta crítica, Farhadi sabe moverse con precisión, pero su película, como casi toda su última filmografía, comienza a anclarse en el libreto excesivamente acumulativo y forzado. El Farhadi guionista siempre ha sabido escribir diálogos y situaciones, pero se antoja en exceso manipulador con los acontecimientos que le ocurren al personaje. Se nota mucho la estrategia narrativa de acumular una bola de nieve para maltratar al protagonista y buscar su compasión.El misterio se reduce casi únicamente a este apartado, volviéndose repetitivo y algo pautado. Por desgracia, además, Farhadi no traduce en su apuesta visual ningún interés narrativo, aportando apenas en el primer y último plano algo de interesante construcción. En el resto del metraje, la cámara sigue al protagonista sin una distancia consecuente, pendiente ante todo de capturar las páginas de un guion que comienza a ser la cárcel de un cineasta reconocible, pero anclado desde hace tiempo en los mismos márgenes.
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- ##check## Lo bueno
- El pulso con el que Farhadi consigue llevar sus historias.
- ##times## Lo malo
- Que suena a un Farhadi demasiado repetitivo.
Que sea un cine tan de guion, sin apenas propuestas visuales narrativas.
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- Ambientación 7.0
- Farhadi consigue una buena ambientación en unas calles e interiores siempre ajetreados y que agobian al protagonista.
- Desarrollo de Personajes 5.0
- El desarrollo del personaje sigue un patrón demasiado marcado por el exceso de inclemencias y problemas surgidos en el camino. A veces se siente demasiado condescendiente y maltratado.
- Argumento / Guion 5.5
- Un guion férreo que, como es habitual en el cineasta, sigue un estilo de suspense cotidiano lleno de conversaciones y contratiempos demasiado acumulados.
- Banda Sonora 6.0
- La poca banda sonora que hay sale de la propia película, proponiendo algún punto interesante.
- Entretenimiento 6.5
- Es una película entretenida, o al menos que no suelta al espectador en su recorrido. Aun así, resulta algo pesado el estilo reiterativo de Farhadi.
- Montaje / Innovación técnica 4.5
- No hay ni en montaje ni en la innovación de sus formas ninguna propuesta interesante.
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- Puntuación Total 5.5 / 10





